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Los expertos señalan que los dos grandes obstáculos de la paz mundial han sido y son el deseo de dominar, conquistar territorio, y el deseo de eliminar la diversidad, de igualar a las personas. Los poderosos han tratado siempre de imponer sus versiones de la verdad sobre los débiles. “La igualdad es lo más natural cuando se trata de reclamar derechos; pero es lo más antinatural cuando se trata de igualar sin considerar las cualidades”.
Durante siglos, desde 1648 en el Tratado de Wesfalia, ha procurado la humanidad establecer procedimientos y normas para respetar las fronteras y proteger la diversidad para lograr la coexistencia. Hegemonías como la de los nazis y los comunistas pretendieron retar a la humanidad, pero otros países se unieron y los derrotaron.
La paz mundial está siendo amenazada hoy por Rusia, tratando de apoderarse de Ucrania. La China demuestra su poder en el océano Pacífico y en el Atlántico, por medio de Nicaragua. De otro lado, Siria, Egipto y Nigeria pretenden eliminar la diversidad religiosa. Irán con sus proyectos de desarrollar armas nucleares para arrasar a Israel.
Un experto de nombre David Brooks aseguró en una nota en The New York Times, que “los Estados Unidos podrían perecer por culpa de mil problemas como los del párrafo anterior. Pero ninguno de los problemas mencionados merece que le dediquemos gigantescos recursos para resolverlo. No vale la pena gastar sumas enormes para lograr la estabilidad en Siria o para defender el oriente de Ucrania de Rusia. Sumados todos estos problemas, sí pueden desquiciar el mundo moderno. Ningún dolor merece ser tratado en forma individual, pero todos juntos sí nos pueden aniquilar”.
Otro experto de nombre John Gaddis propone limitarse a contener estas amenazas hasta que ellas colapsen internamente. “El régimen de Putin requiere un mundo externo hostil para mantenerse en el poder. Motivo por el cual nuestra estrategia radica en no actuar en forma estúpida y esperar a que las semillas de autodestrucción de Putin germinen primero que las semillas con las amenazas sobre Estados Unidos”. El PIB de Rusia es hoy igual al de Italia.
Las soluciones pasivas de los autores citados hincan sus raíces en tres guerras perdidas por los estadounidenses, Vietnam, Iraq y Afganistán, quienes poco les aceptaron los valores democráticos de Occidente. Las guerras no siempre las ganan los más fuertes, ni los Estados Unidos pueden ser el policía del mundo. No menos influencia tiene en tal pasividad el receso de la economía del Tío Sam tras la crisis del 2008, cuyas causas provienen para algunos de la globalización de la economía.
En síntesis, el viejo orden conocido como ‘El siglo de los Estados Unidos’ parece estar siendo reemplazado por un orden multipolar cuyas semillas son impredecibles. “En la historia de la humanidad ha habido tiranos y asesinos; pero a pesar de haber mantenido su mano en alto en forma momentánea, han fracasado, por fortuna”, Mahatma Gandhi.