Silver Deer, la tienda que está de moda en Latinoamérica

Salir de su zona de confort. Ese fue el propósito de Hirsh cuando hace cuatro años dejó atrás su trayectoria profesional en el mundo de las finanzas para dar un giro a su vida. Entonces llevaba cerca de dos décadas afincado en México y, ante la imposibilidad de encontrar en México D.F. las prendas de vestir que le gustaban, a la vuelta de una escapada a San Francisco, decidió crear la tienda perfecta, donde tuvieran cabida todos aquellos artículos que él solía comprar en sus viajes por el mundo. Así, además, facilitaría la vida a todos los gentleman mexicanos que, como él, tenían que salir del país para llenar su armario.

Dejó su trabajo como banquero porque “no podía hacer las dos cosas a la vez con la misma pasión”. Enamorado de las prendas vintage de la Segunda Guerra Mundial y de las réplicas japonesas de ese estilo de ropa (como The Real McCoy’s), ha convertido su establecimiento en el distrito de Polanco, el barrio más cosmopolita de D.F., en un auténtico templo del estilo masculino. Allí es posible encontrar más de 60 marcas internacionales prácticamente imposible de conseguir en ningún otro establecimiento de la ciudad. 

Hirsh, quien siempre se sintió atraído por el mundo del retail, es el responsable de esta tarea tan minuciosa de centralización de marcas. “Me gustaba, y me gusta, muchísimo la experiencia de comprar ropa, revistas, decoración, muebles, velas... Cuando decidí abrir Silver Deer [ciervo plateado] comencé a viajar a todas las ferias internacionales y me metí profundamente en ese mundo, sin miedo. Simplemente me presentaba, hablaba con los responsables de los showrooms para elegir el producto de mi negocio y convencerles de llevar su marca a México. Viajando veía tendencias, hablaba con la gente... También leía algunas revistas pero, sobre todo, iba a tiendas, veía lo que me gustaba y seleccionaba”, relata el empresario.

En su proyecto también tiene cabida el grooming. Hirsh apostó por la belleza porque los hombres cada vez se cuidan más y era una necesidad que le planteaban sus clientes. “Me buscan para que les recomiende marcas, así que decidí reunir las que me gustan, como el champú japonés Cool Grease, la marca de perfumería italiana Santa Maria Novela, la cosmética suiza de Task, los dentífricos de la norteamericana Marvis o los productos de barbería de la californiana Baxter”, enumera.