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La celebración da inicio con una eucaristía donde la población se reúne para agradecerle a San Francisco de Asís, una tradición de casi 400 años y a la que en el último siglo se ha nutrido con otras expresiones culturales
La celebración en honor a San Francisco de Asís, patrono de las comunidades afro del Chocó, que cada año se lleva a cabo del 3 de septiembre hasta el 5 de octubre, espera recuperar el crecimiento turístico que traía desde 2012. Esto, al tiempo que fue reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y que por la pandemia se vio afectada.
Según Josep García, miembro del Concejo de la Fundación fiestas Franciscanas de Quibdó, septiembre y octubre se convirtió en la tercera temporada del año con más visitas al departamento, esto gracias al turismo religioso y el patrimonio cultural que se puede encontrar en esta región.
La celebración da inicio con una eucaristía donde la población se reúne para agradecerle a San Francisco de Asís, una tradición de casi 400 años y a la que en el último siglo se ha nutrido con otras expresiones culturales. Se pueden nombrar las comparsas que recorren los doce barrios franciscanos de la ciudad al ritmo de las tradicionales chirimías, las balseadas por el río Atrato, y los conciertos en el malecón y muestras gastronómicas.
Para Leslie Johanna Valoyes, presidenta de la Fundación Arte y Joya, las fiestas de San Pacho son una gran oportunidad de crecimiento económico para los jóvenes y madres cabeza de familia de la zona. Ellos trabajan desde meses antes en la confección y elaboración de los trajes y disfraces para las distintas comparsas que participan en los desfiles.
Su taller puede llegar a emplear a 52 personas y confeccionar hasta 850 disfraces que pueden costar entre $350.000 y $550.000 sin zapatos.
Emprendimiento y gastronomía
Las festividades son el escenario perfecto para que los chocoanos den a conocer sus productos a base de Borojó (conservas, cremas y jugos) y sus platos típicos tales como el arroz clavado, la sopa de queso y su bebida ancestral, el Viche. Esta última es fabricada a partir del jugo de la caña de azúcar y que para los pueblos afro de esta región es más que una bebida alcohólica, ya que se le atribuyen beneficios medicinales (fertilidad, aliviar los dolores menstruales, mejorar la actividad cerebral) y del cual dependen más de 3.000 familias directas y hasta 30.000 indirectas en el Chocó.
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