Las réplicas de dos pistolas de Blas de Lezo fueron donadas a museo en Cartagena

El heroico Blas de Lezo, defensor de las murallas de Cartagena en 1741 frente a uno de los asedios británicos, fue homenajeado nuevamente en la ciudad a la que dedicó un ojo, un brazo y una pierna. Esta semana llegaron al Museo Naval del Caribe dos réplicas exactas de las pistolas que pertenecieron a la tradición familiar del español, donadas por el director de opinión del diario El Debate, de Madrid.

De acuerdo al Museo Naval del Caribe, “se trata de dos réplicas exactas de las pistolas que por tradición familiar pertenecieron al teniente general de la Armada Española, don Blas de Lezo y Olavarrieta, las cuales fueron donadas en 2007 a la Armada Española y al Museo Naval de Madrid por uno de sus descendientes”.

El curador del museo Naval del Caribe, Gonzalo Zúñiga, indicó que estas réplicas "van a conformar el gran módulo interactivo" que dedicarán a Blas de Lezo a partir de este año.

Visitar la exposición le puede costar $21.000, mientras que los estudiantes solo deben pagar $10.000 y los niños $2.000 por ingresar al Museo Naval del Caribe. Este edificio de unos 3.500 metros cuadrados data de la época de la colonia. Tiene dos alas: la republicana y la colonial, que tienen diferentes objetos y exhibiciones.

La primera fue construida en épocas de colonia y conserva la estructura arquitectónica con la que fue levantada a principios del siglo XVII. Además, el edificio sirvió como sede del hospital mayor de San Carlos al servicio de la armada Española. A partir de la independencia, pasó a ser el hospital de caridad San Juan de Dios.

La segunda, republicana, tiene un diseño arquitectónico neoclásico que fue utilizado en la modificación de la sala en el siglo XX, para servir como albergue del primer batallón de infantería de Marina Colombiana. Para los turistas, recorrer sus instalaciones es trasladarse a una época de grandes batallas y encarnar a grandiosos personajes que lideraron la independencia de Colombia.

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Conocido como ‘El medio hombre’, Lezo fue un incansable almirante que dedicó su vida a la defensa del Imperio Español y por consiguiente de la Nueva Granada. Pero, a pesar de sus esfuerzos en las colonias, el marinero “no es muy reconocido en España”, indicó Ramón Pérez Maura, director de opinión de El Debate.

“El heroísmo de Blas de Lezo permitió la supervivencia de la Cartagena hispánica y eso quiere decir que es el que hizo que se mantuviera el Imperio Español durante casi un siglo más, y que en las tierras de la Nueva Granada el inglés no se convirtiera en la lengua oficial", agregó.

Como la mayoría de pistolas en su época, estas armas son de chispa y están elaboradas en madera de nogal y con piezas de acero. Estas fueron elaboradas originalmente por el armero Robert Wogdon, londinense que trabajó en ellas entre 1773 y 1774, y cada una tiene una longitud de 42 centímetros.

Además, las pistolas están decoradas con motivos vegetales y florales, cincelados en plata, y en ellas se puede observar las marcas de los armeros de Londres: un león junto a una flor de lis.

El 20 de mayo de 1741, durante la Guerra del Asiento, la flota del almirante británico Edward Vernon se retira tras sufrir una estrepitosa derrota en Cartagena de Indias ante los españoles dirigidos por el gran Blas de Lezo.
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— Laus Hispaniae. Revista de historia de España (@laushispaniae) May 19, 2022

Estas pistolas pertenecieron al almirante británico Edward Vernon, quien lideró a casi 30.000 hombres en el asedio a Cartagena, ciudad que se defendió con menos de 4.000 soldados. En la heroica defensa murieron más de 3.600 británicos, mientras que otros 16.000 resultaron heridos.

Debido a las condiciones de la época, y a la supremacía de la Royal Navy del Imperio Británico, en Gran Bretaña ya se celebraba la victoria inglesa, pues acuñaron hasta once tipos de medallas y monedas conmemorativas no oficiales. En algunas aparecía Lezo arrodillado ante Vernon con la inscripción “El orgullo de España humillado por Vernon”.

Se cree que, finalizada la batalla, Vernon envió sus pistolas al almirante Lezo, a quien conocía desde los 15 años, cuando se enfrentaron en la península Ibérica.