Así es la historia de Martin Parr, uno de los grandes fotógrafos de la gente corriente

Sus retratos de la "gente corriente" han recorrido las salas de exposiciones de medio mundo. El libro "Fashion Faux Parr" muestra una faceta menos conocida, la de sus atrevidas incursiones en los oropeles de la moda.

Hace un par de años, más, más o menos, en una exhibición colectiva en Madrid, colgaban de un muro dos fotografías tomadas por el inquieto ojo de Martin Parr: un par de piscinas atestadas de cuerpos británicos, rebosantes de color, de esa common people que canta The Pulp refrescándose en el agua.

No provocaban una sensación de bienestar, de alegría, de ocio y jarana. Más bien ansiedad, ver a esa masa chapoteando, jugando, apretujados unos contra otros... no es tristeza, porque se les nota a gusto en su apiñamiento. Uno no sabía si reírse... "No podría vivir sin sentido del humor, porque encuentro el mundo, ya sabe, un lugar difícil y divertido al mismo tiempo. Creo que la única manera de superar la tristeza de todo esto es inyectando algo de humor. Esa es mi relación con el mundo, una en la que no pue- des evitar reírte. Así que lo introduje en mí y en mi lenguaje", explica.

Martin Parr (Reino Unido, Epsom, 72 años) se encuentra al otro lado de la pantalla. Sentado, serio, apático, actitud a-ver si-esto-termina-pronto. Algo en la tecnología no funciona, no se graba... "No vamos a hacer las mismas preguntas otra vez, no recuerdo lo que he dicho, venga, continúe con otras", me espeta. Solo me quedan cuatro minutos con él...

En Bartleby y yo. Retratos de Nueva York el escritor y padrino del nuevo periodismo, Gay Talese, cuenta sus vicisitudes para entrevistar a Frank Sinatra. Tras meses de empeño, no lo consiguió. La no entrevista a La Voz fue portada de Esquire, uno de los números más vendidos en la historia de esa revista. Por Dios, salven las distancias, no tengo ego, no soy Gay Talese (ni una brizna de él), ni tan siquiera canto como Franky, pero esto podría ser una casi no entrevista a Martin Parr sobre las estupendas y sorprendentes fotos de moda del libro que se acaba de publicar, quizás su versión menos aireada. Modelos y complementos que se salen de las habituales visiones captadas en las sesiones de modelos y complementos.

En 1999 se introdujo por primera vez en ese rutilante ámbito: "Hazlo. Eso es lo que pensé... intentémoslo y veamos qué pasa. Y lo disfruté bastante. Y reflexioné que a partir de ese momento tal vez podría hacer más moda. Durante los últimos 25 o 30 años he hecho muchas cosas, como puede ver en este libro. Pero, por supuesto, que la ironía está ahí. Quiero mantener, ya sabe, mi tipo de marca registrada como fotógrafo. No voy a sacrificar eso solo porque sea una sesión de moda. De hecho, acabo de hacer una sesión fotográfica para Vogue y estoy a punto de realizar otra para la revista W, así que sí, todavía estoy en el negocio de la moda".

La gente corriente de Martin Parr

Cómo no, desde 1994 anda en la nómina de Magnum, pero esto es algo que se da por hecho, Martin Parr tomó su primera foto allá por 1973: "Sí, lo recuerdo, tenía 10 años creo, mi padre me prestó su cámara y estuvo de pie junto a un arroyo helado, fue un invierno muy duro. Pero quien me llevó a interesarme más por la fotografía fue mi abuelo, George Parr, salía a filmar, luego procesaba la película, hacía impresiones, y me dejó una cámara. Cuando tenía 13 o 14 años decidí que quería ser fotógrafo, simplemente me gustó, no sé, con una cámara me sentía como en casa, era una sensación intuitiva. Pensé: esto es lo que quiero hacer"

Y ¿qué hay de esas imágenes de piscinas y playas rebosantes de gente? "Playas inglesas grises, muy buenos fondos fotográficos y, ya sabe, tenemos muchas playas en Gran Bretaña. Estamos rodeados de ellas. Así que he hecho de ese uno de mis trabajos: ir a tantos centros turísticos como sea posible y fotografiar allí".

Fashion Faux Parr son más de 250 imágenes en color, muchas de ellas inéditas, prologadas por Pa- trick Grant, modisto y miembro del jurado de The Great British Sewing Bee; y Tabitha Simmons, diseñadora de zapatos y fiel colaboradora de la publicación Vogue USA. Entre esa miríada de incisivas y carnosas fotografías descuellan sesiones en las que el bueno de Martin Parr sitúa a las modelos (tan chic ellas y ellos) en escenas de playa, junto a esa gente corriente tan querida por él. Lo banal, lo cotidiano se torna relumbrante. Brillante y simpática reunión de universos contrarios. Esos tacones. Ese mar. Esa piscina.