“La función de la cultura es estimular la imaginación”: Mario Vargas Llosa

El premio Nóbel de Literatura de 2010 llegó a Cartagena anunciando que antes de su arribo a la ciudad amurallada, puso el punto final de su último libro que se llamará El héroe discreto, cuya historia se desarrolla en Perú, aunque no quiso dar más detales.También desempolvó el anecdotario de sus primeros años como escritor y la transformación que ha tenido su pensamiento.

“La cultura del espectáculo se está volviendo una payasada” con una frase como esta, el lector ya se puede dar una idea de una de las cualidades del último Nóbel latinoamericano: la contundencia. Vargas Llosa pasó de ser el escritor que juega con los narradores, cambiando de escena -y de tiempo-, a antojo, de un capítulo a otro, para volverse el polemista que es ahora.

Es un señor ya grande, maduro, una voz autorizada para hablar tanto del futuro de las letras como de la política. Por eso cuando acabó su conversatorio con el escritor colombiano Carlos Granés en el Centro de Convenciones Julio César Turbay Ayala durante el Hay Festival, el público se levantó unánime a devolverle la gratitud con un aplauso largo.

Sin embargo, para llegar a ese nivel de coherencia, el Nóbel peruano ha tenido que ir ajustando sus propias convicciones. “Yo soñaba con ser comunista -se confesó Vargas Llosa ante el auditorio lleno-. Duré un año en el partido comunista peruano”.

Por ese entonces su ideal era ser un escritor francés que venía influenciado por la prosa de Flaubert y el ideario de Jean Paul Sastre. “Yo realmente me creía el cuento”, aseguró.

Pero esa misma militancia en la izquierda lo fue encausando paulatinamente en la realidad latinoamericana, ilustrando como pocos tanto la corrupción de la política de Lima, como la cotidianidad de los indios de la Amazonía.

Llosa relató cómo fue cultivando su afición literaria desde muy joven haciendo cartas de amor encomendadas por sus amigos, cuya contraprestación se la devolvían con paquetes de cigarrillos. Aunque era evidente su talento, nadie imaginaba que a la vuelta de unos años se convertiría en un referente de las letras universales. “Mi padre creía que mi vocación literaria era un pasaporte directo hacia el fracaso”, recordó.

En esta visita al Hay Festival donde el peruano fue el invitado de honor y recibió de parte del alcalde las llaves de la ciudad como reconocimiento a su obra, Vargas Llosa quiso concentrarse en dos publicaciones: La ciudad y los perros, su primera novela escrita a los 22 años y una de las más admiradas, y La civilización del espectáculo, libro publicado el año pasado.

Sobre la primera el Nóbel abordó quizás la época más nutritiva de la literatura latinoameicana: el llamado ‘boom’. “Ese movimiento permitió el descubrimiento de América Latina”, dijo Vargas Llosa, quien es uno sus consagrados protagonistas. "No sabría cómo explicar esa coincidencia: Cortazar, Carpentier, Fuentes y sin lugar a dudas Gabriel García Márquez. Lo cierto es que fue como un coágulo que estalló y floreció en la misma época”, agregó. Y es que Aunque Vargas Llosa tiene una enemistad indisoluble y terca con el Nóbel colombiano, no escatimó elogios para describir la obra de ‘Gabo’. “Cien años de soledad fue una verdadera revolución. Gracias a ese libro se empezó a abrir camino la literatura latinoamericana”, expresó el escritor peruano.

Para Andrés Sarmiento, director de Mercadeo de Ediciones Prisa, su éxito radica en su disciplina y su prosa innovadora. “Vargas Llosa puso muy alto el prestigio de nuestra literatura. Su estilo ha sido de un aporte invaluable”.

Para rematar la charla, el escritor hizo duras críticas a la frivolización que está teniendo la cultura. “La función de la cultura es estimular la imaginación. Eso se ha venido perdiendo. Hoy las revistas rosa son las únicas sobrevivientes en este naufragio en el que se encuentra la sociedad del espectáculo”, concluyó. 

Dos Nóbeles en el corralito de piedra
Además de la presencia del peruano Vargas Llosa, a la fiesta literaria más importante del país tambén asistió la escritora rumana Herta Müller, quien recibió el premio Nóbel de Literatura en 2009. La escritora despertó múltiples polémicas en su país por sus críticas al régimen comunista de Nicolae Ceauşescu. Müller conversó con el escritor Philip Boehm y habló sobre su más reciente libro, que se publicó en español bajo el título “Todo lo que tengo lo llevo conmigo”. La asistencia de ella y de Vargas Llosa confirman el Hay Festival cada vez se convierte en la cita para las más importantes plumas literarias.