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El lugar se basa en el clásico sabor del país azteca, lo cual complementa con música en vivo y varios ambientes diurnos y nocturnos
Este año, Grant Achatz, uno de los mejores cocineros del mundo aplaudió a Bogotá por su recorrido de lo que fue para él “una ruta de grandes restaurantes que tiene esta ciudad, jamás la persona se va a quedar sin un sitio por conocer”. Y si bien eso es en la capital, los alrededores son un complemento a esa basta oferta.
El punto para destacar ahora es La Chula Campestre, un nuevo espacio que abrió en Chía, exactamente junto al Castillo de Marroquín, desde allí se acondicionó el espacio ideal para tener una de las cocinas mexicanas más grandes y por ende, más completas.
El concepto es claro, desde que una persona entra se deja llevar por los colores de México, las imágenes de la famosa calavera de Garbancera o también catrinas, iconos de esa cultura y su música.
Precisamente, este último punto hace que se trate de un restaurante con múltiples ambientes, cielo abierto para las familias que incluso quieren ir con su mascota, o las mesas en las que la noche hace un llamado a la fiesta con mariachis.
Si de cocina se trata, la carta es un traslador de Chía al D.F., porque recuerda lo clásico de los tacos, burritos, las ‘gringas’, sus picantes en diferentes niveles, pero también el ambiente se presta para que quienes buscan más opciones, ordenen carnes y hasta mariscos.
Hay que recordar que La Chula Campestre ya ha nutrido su recorrido gracias a las otras sedes que tiene en Bogotá y Medellín, por eso siempre ha sido un referente de vida nocturna. La novedad con el punto en Chía es el espacio que tiene capacidad para 500 personas y un proyecto de tal magnitud que genera más de 100 empleos.
Más allá de su cocina, sabor y ambiente, cada momento puede finalizar con un recorrido por los licores que sin duda comienzan con el tequila pero terminan con el mezcal. Si de agave se trata, La Chula también hace fuerza en esta carta.
Salmón de La Chula
Opción de mar, viene bañado en una salsa con chile ancho y chile guajillo. El plato está acompañado de una costra de tres chiles. Su sabor es único y recomendado con papas en cascos y ensalada.
Lomo al mezcal
Se trata de un filete de lomo de res asado a la parrilla con mantequilla de chipotle flameado en mezcal. El corte se acompaña con papas y ensalada de la casa, picante según preferencia personal.
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El restaurante tiene una arquitectura de los 60s, y a través de ella y de la ornamentación, se disfruta de un ambiente ameno que tiene como única regla pasar un buen rato
