La edición XIX del Hay Festival en Cartagena rindió un homenaje a Victoria Amelina

*Colaboración especial

Y justo cuando concluyen las reuniones del foro económico mundial en las montañas nevadas de Davos en Suiza, inicia el Hay Festival bajo en sol Cartagenero.

En Davos, los líderes mundiales intercambiaron opiniones en torno a la guerra en Ucrania, el reciente conflicto en Medio Oriente, los desafíos climáticos y el escenario de incertidumbre que genera la inteligencia artificial (IA).

Por su lado, la edición XIX del Hay Festival Cartagena nos invitó a reflexionar respecto a temas de diversidad, ecología, crisis sociales, conflictos bélicos y nuevas formas de vivir. Varias charlas se centraron en torno a Ucrania y el Hay Festival Cartagena rindió homenaje a la valiente Victoria Amelina.

Este año decidí centrar mi interés en: recordar a Victoria Amelina y la guerra en Ucrania, el humor como medio para mantenernos cuerdos en un mundo polarizado y en conflicto, la salud mental y la importancia de la incómoda vulnerabilidad.

¡Aguanta Ucrania!

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De manera especial el Hay Festival rindió homenaje a Victoria Amelina. Tuve la fortuna de entrevistar a Victoria el año pasado y construí con ella una amistad abruptamente interrumpida por su muerte. Victoria, escritora y activista, la heroína de una guerra absurda, como la llamé en mi columna de julio 6 de 2023, falleció en julio del año pasado como consecuencia del impacto causado por un misil ruso a la pizzería Ria en la ciudad ucraniana de Kramatorsk.

Su trágica muerte coincidió con la publicación de su libro “Un hogar para Dom” en español. El protagonista, un perro llamado Dom, relata con emoción las dificultades de una familia ruso-ucraniana. Con la sensibilidad que la caracterizaba, Victoria pone de presente la tragedia de las mascotas que fueron abandonadas al estallar la guerra en Ucrania.

El sábado 27, en la plazoleta frente al Teatro Adolfo Mejia, al caer el sol, nos reunimos para recordar que la guerra en Ucrania sigue y que no podemos abandonarlos en su lucha contra el gigante. Recordamos a Victoria, recordamos su valentía y su paso por Cartagena. Aproveche el minuto de silencio para recordar nuestras conversaciones y como admiro el amor por su país y su pasión por defenderlo. Su decisión de documentar las violaciones a los derechos humanos que ocurrían - y que siguen ocurriendo pues la guerra continua. Me dolió y me duele su guerra y pienso en su hijo de 14 años quien se quedó sin su madre por culpa del conflicto.

Lo triste es que este año no solo tenemos la guerra en Ucrania, el ataque a Israel y el conflicto en Gaza han generado aún más polarización e intolerancia en el mundo entero.

“El humor y la curiosidad son las más pura forma de inteligencia”

Pensando en el poder de la risa y del humor, voy a la charla de “Los Danieles” y antes de llegar a la sala me encuentro con el escritor, periodista y abogado Daniel Samper Pizano. Crecí leyendo uno de sus libros, “Dejémonos de Vainas” y viendo la serie de televisión que llevaba el mismo nombre, así que este encuentro no pasa desapercibido. El humor de Samper Pizano lleva años siendo parte de conversaciones familiares con mis padres y mi hermano, y seguramente de las de muchas familias colombianas. Este escritor tiene la habilidad de abordar realidades difíciles haciendo reír a sus lectores y reflexionar al mismo tiempo.

Tanto él como su hijo Daniel Samper Ospina, usan el humor como una herramienta para abordar temas sobre la sociedad y la política.

En la charla, Samper Pizano recuerda su primera columna (1964 creo) en El Tiempo sobre el “Salto del Tequendama”. En esta columna, con su estilo humorístico, habla sobre el peligro que representaba el lugar, el Salto del Tequendama, para los suicidas debido a la falta de agua en el río…

Convencida del poder que tiene la risa para sacarnos de momentos difíciles y de lo compleja que es la vida, compro su libro “Camas y Famas” (las más raras y genuinas historias de amor…) al salir de la charla y me encuentro con su dedicatoria “Para Leticia Ossa, de su colega columnista”. Lo disfrutaré en mi camino a Nueva York.

La incómoda vulnerabilidad

Termino mis charlas de este año con Amalia Andrade y su último libro “No se como mostrar donde me duele”. Amalia, caleña como yo, es una valiente. Ella decidió abrirse sobre el tema de la salud mental, de su propia salud mental, hablar de las emociones, de nuestra educación, del tabú existente respecto a estos temas y así mostrar en dónde le duele.

Hablamos de la desinformación que existe en torno a las enfermedades mentales y lo errado de la idea que con pura y sola fuerza de voluntad se puede salir adelante. Amelia me dice “las infusiones de cedrón y de toronjil no eran suficientes”. Es importante quitar los estigmas existentes en la sociedad, en las familias y poder lograr diagnósticos y con estos soluciones reales a problemas reales. Amalia me comparte la sensación de soledad que la acompañaba y cuan poderoso es el saber que uno no está solo, me dice. Amalia afirma “es en esto que quiero trabajar el resto de mi vida”, este es su propósito de vida, informar y compartir su experiencia. Terminamos hablando de las emociones, cómo el conocerlas y aprender a manejarlas es vital y por incómoda que sea la vulnerabilidad, esta es una incomodidad necesaria.

Y así me despido del Hay y de Cartagena, me siento plena, con nuevos aprendizajes y nuevas ideas. ¡Hasta el próximo año!