“Las galerías no son almacenes donde solo se venden cuadros”

En octubre, la capital colombiana vivió un mes lleno de arte gracias a ferias como Barcú, Circuito Arte Moda (CAM), Artbo y Espacio Odeón, que se tomaron diferentes espacios de la ciudad y acercaron las expresiones de los creadores a los bogotanos en su cotidianidad.

Tras la finalización de estos eventos, el sector del arte en el país no dejó de moverse, pues las galerías, los curadores, escultores, pintores y las casas de subastas continuaron con sus proyectos. Por ejemplo, Lefebre & Mesa llevó a cabo una subasta anoche, la cual contó con 169 piezas, según dijo Gregorio Toulemonde, socio de la compañía.

Toulemonde dijo que “el panorama del arte en Colombia ha mejorada en los últimos años, sin embargo, es un proceso lento, ya que aún falta una cultura en torno al tema. Con esto estuvo de acuerdo Beatriz Esguerra, fundadora, dueña y directora de Beatriz Esguerra Arte, quien aseguró en diálogo con LR que los colombianos tienen un mayor conocimiento frente al arte, pero que hay que entender que “nadie va a las galerías hoy en día, ya que la gente compra y consulta las obras por internet. Por ejemplo, hay quienes compran por Instagram”, por ello su negocio ha cambiado. Además, aseguró que las galerías no son un almacén, sino que su negocio va más allá: representan artistas.

¿Abrir una galería en Colombia es viable?
Depende de lo que uno exhiba, de lo que haga y si sabe o no del tema. Hay que tener en cuenta que una galería de arte no es un almacén, al que uno llega, abre la puerta, se sienta a esperar y a vender cuadros. De eso no se trata, ya que una galería de arte profesional se encarga de representar artistas y comerciar sus obras.

¿Cómo está el panorama de las galerías en el país?
Hay que entender que nadie va a las galerías hoy en día. Las personas van solamente a las inauguraciones, ya que ahora están comprando obras por internet. Por ejemplo, las compran por Instagram. También las buscan en las ferias, porque sienten que en estos espacios pueden preguntar, como si estuvieran en un centro comercial y no les da pena.

¿La gente en Colombia consume arte?
Desde que apareció Artbo, el público se ha educado mucho, entonces ahora la gente compra mucho arte y las nuevas generaciones tienen claro que comprar arte es interesante, divertido y placentero. Además, muchos lo ven como una inversión. Desde hace cinco años la compra de obras de arte ha mejorado mucho y el entendimiento con respecto a estas.

¿Los colombianos consumen arte internacional o local?
Hay unos coleccionistas muy específicos que compran obras internacionales, pero la mayoría adquiere obras en Colombia la mayoría de veces, ya que afuera todo es más costoso.

Frente a otros países de la región, ¿cómo está Colombia en cuanto al consumo de arte?
Comparando a Colombia con otros países como México se puede decir que el consumo de arte en nuestro país no tiene nada que ver con el de allá porque ese país es grande y tiene muchos coleccionistas. Además, Colombia no tiene la capacidad de compra de México, ni de los brasileños ricos cuando se habla de arte. Sin embargo, Colombia, frente a otros países de la región, está bien en términos de arte, por la calidad y talento de los artistas jóvenes.

¿Los extranjeros se interesan por la oferta artística colombiana?
Colombia es una especie de secreto bien guardado, que la gente está empezando a descubrir. Aquí se consiguen obras de arte maravillosas a precios bajos en comparación con el mercado del arte mundial.

¿Cómo se determina el precio de una obra?
Hay muchas variables, pero lo fundamental es la hoja de vida del artista, es decir, la trayectoria que tenga.

Jardinero subacuático
Teresa Currea
Jardinero Subacuático es una obra de la artista Teresa Currea. Se creó en 2018 y está elaborada a partir de tinta, lápiz, acuarela e hilos sobre papel y bombillo. Medidas: 83 x 43 x 11 cm. Las obras de Currea se caracterizan por ser de pequeñas dimensiones.

Línea de Tiempo-termales de Gellert III
Mario Arroyave
Línea de Tiempo - Termales de Gellert III (Budapest) es una obra del artista Mario Arroyave, elaborada a partir de una impresión giclée sobre papel de conservación. Medidas: 80 x 130 x 3 cm.