Aunque a unos cuantos les resulte inconcebible acodarse en la barra del bar sin que medie una excusa etílica, los cócteles sin alcohol tienen su razón de ser, un público objetivo, unas circunstancias determinadas e incluso cierta tradición.
En España, donde las bebidas espirituosas cuentan con más predicamento que las vírgenes, los templos consagrados al buen beber se han mantenido hasta hace bien poco blindados contra estos saludables artilugios mixológicos, seguramente a causa de los mismos prejuicios culturales que marginan a los abstemios allí donde lo que se lleva es empinar el codo.
En otras latitudes, en cambio, la coctelería analcohólica triunfa desde hace décadas. Hasta el punto de que algunos de estos brebajes son considerados incluso como “clásicos”.
Es el caso del San Francisco, que combina zumo de naranja, plátano y granadina. Este cóctel sin alcohol, que nació en la ciudad del mismo nombre en la década de 1970, atesora una pintoresca leyenda relacionada con su creador, que vale la pena recordar aunque probablemente sea más literaria que otra cosa.
Según el relato, el barman en cuestión, tras ser descubierto a primera hora de la mañana completamente borracho y dormido tras la barra por el propietario del establecimiento, le echó descaro e imaginación a la hora de explicar su presencia en el bar a esas horas. “Estaba esperando los colores del alba, para inmortalizarlos en un cóctel que será famoso”. Lo que nadie sabe es por qué prescindió del alcohol en su invento. ¿Habrá sido por la resaca?
En cualquier caso, desde el nacimiento del San Francisco hasta nuestros días, la coctelería ‘sin’ ha evolucionado notablemente. E incluso ha roto el prejuicio de los habituales de las barras de España para triunfar también en este país.
“Hoy, los piden tanto hombres como mujeres, porque no toleran el alcohol, o porque tienen que conducir o madrugar al día siguiente. O, simplemente, porque les gusta”, explica Diego Cabrera, en cuyo bar -Le Cabrera- la coctelería virgen tiene un lugar destacado.
Cocteles para un pleno amanecer
Andrea: Ingredientes: 4 fresas, 2 cl de zumo de limón, 2 cl de azúcar con romero, 5 cl de zumo de mandarina.
Elaboración: Mezclar todos los ingredientes en una batidora hasta obtener un líquido uniforme. Filtrar con un colador de malla fina y verter en un vaso con hielo. Decorar con fresas.
A mi chica: Ingredientes: 8 cl de pulpa de maracuyá, 4 cl de zumo de limón, 4 cl de sirope, 12 cl de soda. Elaboración: Introducir todos los ingredientes -menos la soda- en el vaso, remover con una cuchara, agregar helo y completar con soda, hasta el tope del recipiente, decorar y sevir.
