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Los jóvenes siguen pensando en que todo tiempo pasado fue mejor, eso también se incluye en los accesorios y ahora finca raíz
Los millennials estadounidenses con restricciones presupuestarias están saliendo de sus jaulas pandémicas para encontrar casas de ensueño asequibles en lugares remotos.
Para la propietaria de una funeraria, Kate Reinhart, de Utah, ese sueño era una casa victoriana octogonal que recuerda la macabra mansión de la familia Addams que se aprecia en dibujos animados, películas y series de televisión.
Ayudó que su esposo Cameron, científico, encontrara su primer trabajo cerca de Norwich, Connecticut, una ciudad con una de las concentraciones más grandes de casas del siglo XVIII y principios del XIX en Nueva Inglaterra.
Por solo US$85.000, la pareja compró la casa construida en 1885, repleta de vidrieras, artefactos de iluminación artesanales y barandillas sinuosas.
Planean invertir unos US$100.000 en una gran renovación que cambie la cara. El objetivo, conservar el estilo antiguo de la construcción, lo que representaba en otra época, pero por dentro que sea algo totalmente lujoso o por lo menos de buen gusto.
“Siento que durante la pandemia apreciamos más tener mayor espacio para nosotros”, dijo Kate. “La gente es más consciente acerca de estar uno encima del otro en pequeños edificios de apartamentos. La gente de Nueva York está huyendo aquí”.
La tendencia es clara en las visitas a CheapOldHouses, un sitio web fundado por Elizabeth Finkelstein en 2016 para promover la compra y conservación de casas históricas.
Los seguidores de la cuenta del sitio en Instagram se duplican de forma constante cada semana desde que comenzaron los cierres pandémicos en Estados Unidos en marzo, hasta unos 20.000, dijo. Aproximadamente 42% tiene entre 25 y 34 años y cerca del 75% son mujeres.
“El mantra de los bienes raíces siempre ha sido ‘ubicación, ubicación, ubicación’. Por primera vez, eso está cambiando un poco”, dijo Finkelstein. “Vivimos en una época en la que las personas están dispuestas a correr riesgos, tal vez los riesgos que han querido correr toda su vida”.
Un total neto de 70.000 personas abandonaron la región metropolitana de Nueva York en 2020, lo que resultó en una pérdida de ingresos de aproximadamente US$34.000 millones, estimó Unacast, un proveedor de análisis de ubicación, que destaca cómo está vivo ese repentino interés por construcciones con curiosidad histórica, pese a no estar ubicados en los mejores becindarios.
Más millennials podrían abandonar las grandes ciudades incluso después de que termine la pandemia, sostuvo Finkelstein. “Con tantas oficinas que se están volviendo remotas, la gente tiene más oportunidades de decir simplemente ‘tal vez no necesito pagar más de la mitad de mis ingresos en alquiler. Y puedo, puedo dar ese salto’”.
Lo cierto por el momento es que los jóvenes que están optando por estos diseños, en un futuro podrían estar viviendo sobre viviendas que empezaron en US$80.000, y en unos cuantos años con los arreglos, serían construcciones de más de US$150.000.
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