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Una cultura “orientada a datos” permitirá la evolución de la organización, especialmente si es compartida por los distintos niveles de la misma y fomentada por la participación de todos.
La cultura organizacional es un elemento clave, siendo fundamental considerar los aspectos de calidad de datos, colaboración, capacitación de recursos, comunicación, diseño de métricas, prueba de alternativas y procesos para la toma de decisiones, entre otros.
En este sentido, estas son las capacidades que toda organización requiere para estar orientada a datos:
1. Elegir el dato correcto
Las empresas deben ser capaces de identificar, combinar y gestionar múltiples fuentes de datos. La diversidad, la velocidad y el volumen de información que reciben los analistas de información diariamente requieren de un proceso de validación de orígenes que garantice que la información que se consume sea coherente.
En este caso, las herramientas de Data Quality (calidad de datos) ayudan a automatizar el proceso de calidad y garantizar la validez de la información, monitoreando que la información que se consolida sea confiable para quienes luego la consumen con herramientas analíticas. El papel del área de tecnología es fundamental para poner a disposición la correcta infraestructura y proveer herramientas inteligentes para este ciclo preventivo/correctivo.
2. modelos predictivos
Algoritmos y herramientas de minería de datos permiten hoy predecir el comportamiento de las distintas variables a partir del comportamiento histórico de las distintas dimensiones y entidades del negocio. Es por ello que toma principal relevancia el concepto de la práctica de “Advanced Analytics”, en donde científicos de datos y mineros utilizan herramientas que proveen resultados para segmentar, predecir y asociar indicadores y variables críticas del negocio.
3. Transformar las capacidades
La administración debe tener la fuerza para transformar la organización, de manera que los datos y modelos contribuyan de manera efectiva a tomar mejores decisiones. Esto se logra: promoviendo metodologías de trabajo y mejores prácticas en el uso correcto de los datos; también potenciando las capacidades de autogestión a través de herramientas intuitivas, generando independencia y agilidad en los usuarios; y convirtiendo la cultura de la organización, mediante la implementación de centros de excelencia que vinculen los sectores de negocio y las áreas de tecnología, para transformar a la organización en una organización que esté y pueda continuar “basada en datos”.
Ajustar la cultura y el modo de pensar requerirá un enfoque multifacético que incluya formación, liderazgo a través del ejemplo, e incentivos y métricas para reforzar el comportamiento.
La era de los grandes datos está evolucionando rápidamente, por lo que la mayoría de las empresas deben actuar ahora. Pero en lugar de llevar a cabo reparaciones masivas, los ejecutivos deben concentrarse en los esfuerzos dirigidos a obtener datos, construir modelos, y transformar la cultura de la organización. Esta agilidad resulta esencial, dado que la información en sí misma, junto con la tecnología para la gestión y el análisis de ella, seguirá creciendo y cambiando, produciendo un flujo constante de oportunidades.
A medida que más empresas aprendan las habilidades básicas para utilizar grandes volúmenes de datos, la construcción de capacidades superiores pronto puede convertirse en una ventaja competitiva decisiva.
