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Un informe de The Common Sense Census señaló que en promedio 47% de los menores de ocho años tiene una tablet, mientras que alrededor de 9% tiene un celular
Cada vez es más común ver a niños pequeños con una tablet o un celular en las manos. Lo que antes era un accesorio de trabajo o de entretenimiento para jóvenes o adultos, con el paso del tiempo se ha convertido en parte del día a día de las personas más jóvenes, quienes desde edades tempranas han comenzado a familiarizarse con las pantallas.
Esta escena se repite no solo en la casa, sino también en restaurantes y centros comerciales, donde los dispositivos electrónicos funcionan como herramientas de juego, de aprendizaje y en general de distracción, los cuales ya pasan a ser parte de la rutina infantil. Esto continúa demostrando que lo digital ya dejó de ser un terreno exclusivo para adolescentes o adultos.

Un informe de The Common Sense Census detalló, de acuerdo con encuestas realizadas a padres de niños menores de ocho años, qué tanto estos utilizan tablets o celulares. Los resultados arrojaron que las tablets es el dispositivo más común en el inicio de la vida, ya que 40% de los niños menores a los dos años las usan, frente a 4% que utiliza un celular a esa edad.
Esta tendencia aumenta con el grupo de edad de los niños de cuatro años, de los cuales 58% tiene una tablet frente a 8% que tiene un celular. Esta brecha continúa creciendo con los niños de seis años, de los cuales casi que seis de cada 10 tiene una tablet, comparado con que solamente uno de cada 10 tiene un celular.
Esta tendencia no es casualidad, las aplicaciones también se han adaptado buscando ofrecer contenido que cada vez más están diseñados con el fin de captar la atención de los más pequeños desde sus primeros años.
Muchos padres también se preocupan sobre los límites que se presentan respecto a este tema. Esto debido a que la relación temprana que se genera con la tecnología marca también la forma en la que los menores interactúan con el mundo alrededor, influyendo así en su desarrollo y planteando dudas sobre cuánto tiempo deben pasar ellos frente a las pantallas.
De igual manera, un estudio de Lenguaje Digital de Kaspersky, uno de cada seis niños en Colombia (17%) pasa más de cuatro horas diarias en internet. Asimismo, más de la mitad se conecta entre una y dos horas al día y 33% dedica de dos a cuatro horas al día.
“Es fundamental que las familias guíen sobre el uso de la tecnología en la infancia y la adolescencia. La supervisión no siempre significa estar al lado de los niños cada vez que se conectan, sino establecer reglas claras y fomentar la confianza para que puedan hablar de lo que hacen y ven en Internet”, señaló Carolina Mojica, gerente de Producto para el Consumidor para los mercados del Norte y Sur de América Latina en Kaspersky.
En el informe de Kaspersky aseguraron que, con la llegada de la semana de receso, ese tiempo frente a las pantallas puede incrementarse ya que niños y adolescentes disponen de más horas libres y muchos de sus padres no pueden acompañarlos permanentemente debido a sus obligaciones laborales.
“Conversar sobre riesgos, explicar cómo reconocer mensajes sospechosos y reforzar la importancia de no compartir información personal son medidas simples pero poderosas para prevenir incidentes. A esto se suma el valor de los controles parentales en dispositivos y plataformas, que permiten filtrar accesos y reducir la exposición a contenidos no deseados”, agregó Mojica.
Expertos enfocados en pediatría recomiendan evitar la exposición a pantallas en bebés y limitarla de manera controlada en los más pequeños. La Academia Americana de Pediatría, AAP, aconseja que antes de los 18 a 24 meses no se use la pantalla salvo casos como por ejemplo videollamadas. También señalan que en casos como estos los niños deben estar acompañados de un adulto que los acompañe.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud y la AAP señalan que los niños entre los dos y cinco años deberían tener un límite de tiempo de pantalla recreativa de alrededor de una hora al día. Sofía Quintana, médica general, señaló que si el límite puede ser menor a ese tiempo sería mucho mejor.
“Muchas aplicaciones o tipos de entretenimiento están diseñados para que los menores consuman por mucho tiempo seguido, por lo que es importante que siempre que los menores tengan un dispositivo haya un adulto que los guíe y acompañe”, indicó Quintana. La experta agregó que de igual manera se deben priorizar contenidos que sean interactivos y educativos.
Ahora, en los niños desde los seis años la pauta puede ser un poco menos rígida pero de igual manera se deben establecer límites. “Para esta edad se debe dar prioridad a la actividad física diaria y sobretodo se debe proteger el sueño de los pequeños. Es importante que antes de dormir, los niños pasen por lo menos una hora u hora y media sin ver pantallas”, explicó Sofía Quintana.
En algunos casos la alta exposición a las pantallas puede afectar el lenguaje, la atención y el sueño. Recomiendan que no se reemplacen los juegos, la lectura y la interacción humana.