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De las 390 áreas críticas, se han adelantado obras en 326 puntos de 22 departamentos, capaces de resistir el efecto de las lluvias y prevenir las catástrofes que ocurrieron anteriormente, según cifras del Fondo de Adaptación.
Generalmente, durante el invierno se presentan inundaciones en llanuras y deslizamientos en zonas montañosas, por lo que en la mayoría del territorio nacional ha sido necesario intervenir para evitar los cierres parciales o totales de las carreteras.
Estas obras van desde la realización de muros de contención para evitar derrumbes, la reconstrucción de carreteras, como la que se adelanta en la vía Bogotá-Villeta, la reparación de puentes, como el de Gambote en Bolívar, o el diseño de nuevas estructuras que eviten el cierre de vías como el túnel de 500 metros de longitud en la vía Medellín-Bogotá.
De acuerdo con Julián Cardona Castro, expresidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros (Aciem), “las aguas que más perjudican son aquellas que atentan contra la tecnología de las vías terciarias que son las de menor calidad y que terminan siendo diluidas y arrasadas por el invierno”.
La importancia de estas carreteras radica en que son usadas para evacuar los alimentos desde las fincas y centros de producción, indicó el experto.
Daniel Flórez, presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros (ACI), agregó que es necesario buscar soluciones sobre todo en las vías terciarias, “ya que el escaso mantenimiento que les hacen lleva a que no haya una verdadera estabilidad en las carreteras”.
A diferencia de las grandes autopistas, este tipo de trayectos no cuentan con grandes contratos con constructoras que se encarguen de conservar el buen estado de la carretera.
Por lo que en caso de un accidente se hacen obras de emergencia, planeadas para tener cinco años de estabilidad, pero supremamente susceptibles a las lluvias, lo que a la larga trae mayores costos, explicó Flórez.
Los proyectos viales destacados
El Fondo de Adaptación es el abanderado de estas ejecuciones. Una de las obras más importantes que han dirigido desde 2011, cuando iniciaron sus operaciones después de un fuerte Fenómeno de La Niña de ese año es el realce de la variante de Teletón.
Esta vía conecta a la capital colombiana con los municipios de Chía, Cajicá, Zipaquirá y Cogua. En 2011 se vio gravemente afectada por la ola invernal cuando el río Bogotá se desbordó a la altura del municipio de Chía, lo que provocó una gran inundación e imposibilitó la conexión vial.
Para prevenir un colapso de estas magnitudes se elevó la variante aproximadamente dos metros. En el arreglo se invirtieron $10.000 millones y fue entregado en 2014.
Según Cardona, lo que está ubicado cerca de las costas y grandes ríos son sitios propensos a inundaciones, por eso “lo que se debe procurar es tener los taludes necesarios en las riveras de los ríos para poder contener las inundaciones que se dan en las poblaciones que están al margen de dichos espacios hídricos”.
De acuerdo con Orlando Santiago, asesor sectorial de transporte del Fondo de Adaptación, “los lugares que se han atendido ya eran vulnerables desde antes de la ola invernal, pero cuando llegaron las lluvias fueron los sitios por donde más afecciones se presentaron en las carreteras”.
Entre estas destaca la vía de Cúcuta hacia Pamplona, con inversiones por cerca de $130.000 millones, de los más de $212.100 millones destinados. Allí se han atendido 40 sitios críticos.
Otra carretera importante que fue reparada es la que conduce de Manizales a Fresno, se destinó una suma de aproximadamente $77.000 millones, de los $192.350 millones previstos para el departamento, y se atendieron 31 puntos vulnerables.
Asimismo, se destaca la inversión en el trayecto de Málaga a Los Curos en Santander. Para este se aportaron $210.000 millones de los $238.100 que se solicitaron para el departamento. El dinero se usó para 46 sitios de los 49 que necesitaban de mantenimiento en la zona.
Si bien Cundinamarca no fue uno de los lugares más afectados por este fenómeno, se requirió el aporte de cerca de $90.700 millones, con el fin de beneficiar 23 áreas en riesgo. Dentro de estas obras se destaca la vía Bogotá-Villeta, que se adecuó con $85.000 millones para mejorar 20 puntos.
Este conjunto de avances da una mayor capacidad de resiliencia contra este fenómeno climático, pero no evita que ocurran eventualidades, pues no hay una zona que esté totalmente exenta por sus condiciones geográficas o climáticas.
Los departamentos con mayores inversiones
Como las planicias son uno de los paisajes más afectados por la ola invernal, los llanos orientales ubicados en el Meta requieren de una mayor disposición de infraestructura. De los 390 sitios críticos, 84 están ubicados en esta región y necesitan de una inversión de más de $152.000 millones. Aunque esta no es la zona que demanda la mayor destinación de dinero, pues Bolívar, aunque solo tiene 19 puntos en alerta, necesita más de $387.500 millones. Otros departamentos que reclaman grandes cifras son los Santanderes, Caldas y Antioquia.
Las opiniones
Daniel Flórez
Presidente de la ACI
“El tema clave en los pueblos es el mantenimiento de las vías terciarias, porque este tema ya está superado en las grandes autopistas”.
Julián Cardona Castro
Consultor y expresidente de la Aciem
“Se debe procurar tener los taludes necesarios en las riberas de los ríos para poder contener las inundaciones en las poblaciones”.
