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Los detractores del proyecto ven con malos ojos la medida porque sectores como la educación y la salud solo recibirán 26,5% y 16,3% del presupuesto de inversión previsto, que en total es de aproximadamente $89,5 billones.
Mientras que 51,7% del dinero será destinado al programa ‘Democracia Urbana’, que se usará para ampliar el espacio público y mejorar la infraestructura.
Para Juan Martín Caicedo, presidente de la Cámara, “hablar de la ampliación de la red de Transmilenio de 113 a 170 kilómetros, construir nuevas avenidas y ciclorrutas, mejorar intersecciones, accesos a la ciudad y algunas vías locales, es sinónimo de integrar a la sociedad y de hacer una ciudad mucho más amable precisamente para las personas de menores ingresos”.
Para la Cámara esta medida también tiene un gran contenido social, pues integra a los territorios marginados y les da acceso a servicios que antes no podían obtener.
En este sentido “el transporte público, colectivo y masivo se visualiza como una herramienta clave de las ciudades modernas a la hora de hacerle frente al fenómeno de la exclusión social”, aseguró el directivo.
Los retos del plan de desarrollo
En los próximos cuatro años el alcalde de la capital colombiana se comprometió a construir “cuatro hospitales, 40 Centros de Atención Prioritaria en Salud (CAPS), sies instalaciones hospitalarias (cuatro de reposición y dos nuevas), cuatro centrales de urgencias y avanzar en la recuperación del Centro Hospitalario San Juan de Dios”, según comunicó un informe oficial de la Alcaldía Mayor de Bogotá presentado la semana pasada.
