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El Gobierno uruguayo reconoció que el país enfrenta niveles “epidémicos” de homicidios y anunció un plan integral para frenar la violencia, con énfasis en el control de armas
El gobierno uruguayo ha alertado sobre lo que califica como tasas “epidémicas” de homicidios en el país y ha prometido convertir la reducción de esos índices en una prioridad nacional. El ministro del Interior, Carlos Negro, utilizó un foro internacional para recalcar que el aumento de la violencia letal no debe ni puede considerarse algo normal ni inevitable.
Según sus declaraciones, los homicidios no son eventos aleatorios: tienden a concentrarse en ciertos barrios y afectan de forma desproporcionada a hombres jóvenes en situación de pobreza. Actualmente, la tasa de homicidios se sitúa en 10,7 por cada 100.000 habitantes, una cifra que el gobierno considera insostenible.
Para enfrentar esta crisis, las autoridades han planteado una serie de medidas multisectoriales: fortalecer el control sobre el acceso a armas de fuego, impulsar una nueva normativa para regular el comercio de armas y municiones, crear una Dirección Nacional de Prevención Integral del Delito y jerarquizar la Policía Comunitaria. Estas acciones van acompañadas de mejoras tecnológicas, como la expansión de la videovigilancia, el uso de software de análisis delictual y el reforzamiento de los equipos policiales en zonas de alta conflictividad.
En paralelo, el gobierno subraya su compromiso con la justicia: se ha destacado que muchos casos de homicidio ya alcanzan tasas de esclarecimiento superiores a 80% en algunos departamentos, pero se insiste en que ningún delito quedará sin investigar ni sin sanción. Así, la administración busca restaurar la confianza en las instituciones y frenar el deterioro de la seguridad ciudadana.
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