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El operativo nocturno con drones causó daños en edificios de apartamentos del distrito de Ramenskoye, a 50 kilómetros de Moscú
Ucrania atacó el martes la región de Moscú en su mayor ataque con drones hasta la fecha contra la capital rusa, matando al menos a una mujer, destrozando decenas de viviendas y obligando a desviar unos 50 vuelos de los aeropuertos de los alrededores de Moscú.
Rusia, la mayor potencia nuclear del mundo, afirmó haber destruido al menos 20 drones de ataque ucranianos cuando sobrevolaban la región de Moscú, de más de 21 millones de habitantes, y 124 más sobre otras ocho regiones.
Al menos una persona murió cerca de Moscú, según las autoridades rusas. Tres de los cuatro aeropuertos de Moscú permanecieron cerrados durante más de seis horas y casi 50 vuelos fueron desviados.
Kiev dijo que Rusia, que envió decenas de miles de efectivos a Ucrania en febrero de 2022, la había atacado durante la noche con 46 drones, de los que 38 fueron destruidos. Los ataques con drones contra Rusia causaron daños en edificios de apartamentos de gran altura en el distrito de Ramenskoye, en la región de Moscú, incendiando pisos, según dijeron los residentes a Reuters.
Los ataques nocturnos con drones causaron daños en edificios de apartamentos de gran altura del distrito de Ramenskoye, en la región de Moscú, e incendiaron varios pisos, según dijeron los residentes a Reuters.
Una mujer de 46 años murió y tres personas resultaron heridas en Ramenskoye, informó el gobernador regional de Moscú, Andrei Vorobiov. Los residentes dijeron que se despertaron con explosiones y fuego.
"Miré por la ventana y vi una bola de fuego", dijo a Reuters Alexander Li, un residente del distrito. "La ventana salió volando por la onda expansiva". Georgy, un residente que no quiso dar su apellido, dijo que escuchó un zumbido de un dron fuera de su edificio en las primeras horas.
"Descorrí la cortina y golpeó el edificio justo delante de mis ojos, lo vi todo", dijo. "Cogí a mi familia y salimos corriendo". El distrito de Ramenskoye, a unos 50 kilómetros al sureste del Kremlin, tiene una población de alrededor de un cuarto de millón de habitantes, según datos oficiales.
Más de 70 drones fueron derribados también sobre la región suroccidental rusa de Briansk, fronteriza con Ucrania, y decenas más sobre otras regiones, según el Ministerio de Defensa ruso. No se registraron daños ni víctimas.
Mientras Rusia avanza en el este de Ucrania, Kiev ha llevado la guerra a Rusia con un ataque transfronterizo en la región occidental rusa de Kursk que comenzó el seis de agosto y llevando a cabo ataques con drones cada vez más grandes en las profundidades del territorio ruso.
La guerra ha sido, en gran medida, una cruenta guerra de artillería y drones a lo largo de los 1.000 kilómetros de una línea del frente fuertemente fortificada en el sur y el este de Ucrania, en la que han participado cientos de miles de soldados.
Moscú y Kiev han tratado de comprar y desarrollar nuevos drones, desplegarlos de forma innovadora y buscar nuevas formas de destruirlos, desde escopetas hasta avanzados sistemas de interferencia electrónica.
Ambas partes han convertido drones comerciales baratos en armas mortíferas, al tiempo que han incrementado su propia producción y montaje para atacar objetivos como tanques, infraestructuras energéticas como refinerías y aeródromos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, que ha tratado de aislar a Moscú de los rigores de la guerra, afirma que los ataques ucranianos con drones son "terrorismo", ya que se dirigen contra infraestructuras civiles, y ha prometido una respuesta. Moscú y otras grandes ciudades rusas han estado en gran medida aisladas de la guerra.
Rusia ha atacado Ucrania con miles de misiles y drones en los últimos dos años y medio, matando a miles de civiles, destruyendo gran parte del sistema energético del país y dañando propiedades comerciales y residenciales en todo el país.
Ucrania afirma que tiene derecho a contraatacar en el interior de Rusia, aunque los partidarios occidentales de Kiev han dicho que no quieren una confrontación directa entre Rusia y la alianza militar de la Otan liderada por Estados Unidos.
Ucrania no hizo comentarios inmediatos sobre los ataques del martes. Ambas partes niegan haber atacado a civiles. Los ataques del martes siguen a una avalancha de drones lanzados por Ucrania a principios de septiembre contra instalaciones energéticas y eléctricas de Rusia, principalmente.
Las autoridades de la región de Tula, vecina de la de Moscú por el norte, declararon a la agencia estatal rusa de noticias que los restos de un dron cayeron sobre una instalación de combustible y energía, pero que el "proceso tecnológico" de la instalación no se vio afectado.
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