¿Saldrá Grecia del euro?: las consecuencias del 'sí' y del 'no'

Y es penúltima en su sentido literal, porque existe una oferta más reciente. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, pide el 'no' y afirma que solo está en juego la aceptación o la renuncia a las medidas de los acreedores. Sus socios de la zona euro van más allá y aseguran que del resultado depende el futuro de Grecia en la zona euro.

Las urnas cierran a las 18 horas en España y los resultados empezarán a conocerse a partir de las 20 horas. A partir de ahí, la pelota pasa de nuevo al tejado de Tsipras. Estos son los escenarios a los que se enfrenta:

SI GANA EL 'SÍ'

Crisis de Gobierno. Tsipras se verá obligado a hacer una profunda remodelación del Ejecutivo, que podría incluir su dimisión. Desde Bruselas están lanzando el mensaje de que el primer ministro griego no es ya un socio fiable. Cinco meses de montaña rusa en las negociaciones y, sobre todo, la convocatoria de un referéndum sorpresa mientras ambas partes estaban, literalmente, sentadas en la mesa, ha roto todo vínculo de empatía. Si este había existido alguna vez, por supuesto. De momento, el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, ya ha asegurado que dimitirá si sale el 'sí'.

¿Elecciones? Otra alternativa sería convocar elecciones, pero no hay tiempo para convocar elecciones, crear un nuevo gobierno y negociar un tercer rescate que permita evitar un default con el BCE el 20 de julio, cuando vencen 3.500 millones de euros.

Nuevos socios. El escenario base sería una remodelación del Gobierno lo antes posible, que incluiría la salida de los ultranacionalistas de ANEL y la entrada PASOK (centro izquierda), To Potami (centro) e incluso Nueva Democracia (centro derecha), para poder ponerse a negociar el tercer rescate lo antes posible.

Negociación 'in extremis' La fecha límite para tenerlo todo atado seguiría siendo el 20 de julio. Fuentes de la Comisión aseguran que, con voluntad política, hay tiempo suficiente para cumplir todos los plazos necesarios, pero la negociación no será fácil. El corralito impuesto desde el pasado lunes va a ser muy difícil de levantar sin consecuencias funestas para los bancos y va a hacer mella en una ya deteriorada situación económica.

No sin mi 'MoU'. Cualquier rescate financiero, lo negocie el gobierno que lo negocie, irá acompañado de un Memorando de Entendimiento (MoU), que especificará un listado de ajustes y reformas a aplicar. Pero los acreedores ya han advertido de que el reciente deterioro de la economía griega les va a obligar a exigir unas condiciones tan duras, o más, que las que hasta ahora se ha negado a aceptar Tsipras o incluso su predecesor, Antonis Samarás (Nueva Democracia).

SI GANA EL 'NO':

Mandato popular griego vs el del resto de los 18 socios. Aquí la cosa se complica. Tsipras tendría un mandato reforzado para exigir más concesiones a la troika y al Eurogrupo, pero no está claro que estos vayan a ceder mucho más de lo que ya han hecho.

De nuevo a la mesa de negociación. En cualquier caso, el lunes Atenas y sus acreedores deberían sentarse de nuevo a negociar. Pero la situación será mucho más difícil que hace apenas 10 días. Por un lado, el Gobierno griego, envuelto en el mandato popular recibido en las urnas exigiría unas condiciones más laxas. Por el otro, la troika advertiría a Grecia que, corralito mediante y sin colchón para recapitalizar sus bancos, la situación es mucho más precaria ahora, por lo que las condiciones tendrían que ser más duras. Las posibilidades de llegar a un acuerdo serían muy pequeñas y no habría mucho tiempo.

El vencimietno clave del BCE El 20 de julio Grecia debe abonar los 3.500 millones de euros al BCE. Si no hay acuerdo, no podrá pagarlos, por lo que entraría en default con la institución. Como buena parte del capital de los bancos griegos depende de activos avalados por el Estado, el Consejo de Gobierno de la institución tendrá pocos motivos técnicos para no quitar la liquidez de emergencia a la banca griega. Y sin esta liquidez de emergencia, los bancos colapsarían al día siguiente.

Reestructuración bancaria y nuevos dracmas. Con este escenario, los bancos entrarían en liquidación o reestructuración y la única forma de reabrirlos sería con una recapitalización pública, que el Gobierno griego solo podría hacer emitiendo una divisa paralela. Habría otro escenario posible, sobre el papel, una recapitalización directa de las entidades financieras helenas mediante el Mecanismo Europeo de Estabilidad. Pero esto nos llevaría de nuevo a la casilla de salida: el programas está asociado a condiciones, que, de nuevo, serían las mismas (o peores) que el Gobierno se ha negado a aceptar y que, gracias al 'no' tiene un mandato expreso para rechazar.