Respeto al fallo y diplomacia, enseñanzas del caso Chile-Perú

El día de ayer la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya le puso fin al conflicto territorial que había entre Perú y Chile, fijando una frontera marítima que se mantendrá en 80 millas, de las cuáles se desprenderá una línea equidistante de 200 millas hacia el país inca, con respecto a unas coordenadas que deben ser fijadas por ambos países. A Perú se sumó 22.800 kilómetros cuadrados de mar soberano.

Este litigio, que estaba radicado hace más de cinco años, había nacido a partir de la petición peruana de fijar una frontera en el mar con los chilenos, porque, según ellos, nunca se había establecido tal límite formal.

Desde luego, la naturaleza de este conflicto, y posterior fallo que ha otorgado la CIJ, tiene similitudes con respecto a la disputa que tuvo Colombia con Nicaragua sobre la soberanía del archipiélago de San Andrés y su mar territorial circundante.

Ante esta característica se pueden establecer algunas lecciones que el gobierno, y en general, la diplomacia local, debe aprender sobre este veredicto.

Según analistas como Eric Tremolada, experto en derecho internacional de la Universidad Externado, “a Colombia le debe quedar la moraleja de que los tratados limítrofes se acatan de acuerdo a su contenido y no por otras apreciaciones. Chile pensaba que su tratado de 1954 trazaba una frontera marítima con Perú, pero no era así y por eso se dio el fallo de la CIJ”.

En esa misma línea, el experto internacionalista de la Universidad de La Sabana, Carlos Arévalo opina que Perú demostró una férrea diplomacia internacional y por eso supo llevar el caso ante la Haya que lo determinó “de alguna forma” como ganador del diferendo, contrario a lo que sucedió en el caso Colombiano en donde los diplomáticos no supieron reaccionar, debido, sobre todo, a que muchos no tienen carreras internacionales que les permitan tomar decisiones.

Otra enseñanza, y tal vez, la más importante es que tanto el gobierno Chileno y el Peruano acataron la ordenanza de la corte sin ninguna objeción, una actitud totalmente diferente a la adoptada por Colombia cuando se conoció el fallo y que, posteriormente, le acarreó problemas a su imagen en el exterior.

“La corte resuelve controversias y por eso analiza los documentos de las partes protagonistas de la disputa. Por tal motivo, ambos países acataron la decisión con un respeto admirable”, afirma Andrés Molano, analista internacional de la Universidad del Rosario.

Así mismo, Molano describe y valora la actitud de estas naciones como un ejemplo de entendimiento sobre la lógica con la que procede la CIJ, la cual tiene como objetivo ser un instrumento inapelable para poner fin a problemas que parecen irresolubles a simple vista. Los analistas confluyen en que en estos casos no hay ganadores ni perdedores absolutos, puesto que desde la Haya se está buscando una resolución que sea justa y que no afecte la buena vecindad de los países limítrofes, un punto bastante crítico en el caso colombonicaragüense, puesto que uno de los puntos críticos después del fallo respecto a las aguas circundantes del archipiélago de San Andrés fueron las relaciones internacionales que se recrudecieron hasta el punto de hablar de intervenciones militares.

Ricardo Abello, internacionalista de La Universidad del Rosario, es cauto y concluye que aún es muy temprano para establecer grandes enseñanzas para el gobierno Colombiano, aunque sí es enfático en asegurar que los fallos de la CIJ no deben ser refutados, puesto que se entra en un desgaste de tiempo que no tiene un buen fin, sino que tiene que acatarse y tratar de cooperar con la nación con la cual se disputaba.

Después del conocimiento del fallo, el presidente peruano Ollanta Humala, y su homólogo chileno Sebastián Piñera, ratificaron su voluntad de acatar el fallo y aseguraron que existe una buena voluntad para llevar la ejecución y abrir una nueva etapa en las relaciones bilaterales.

Una actitud que contrasta en un ciento por ciento la actitud que tuvieron los presidentes de Nicaragua y Colombia.

“La decisión impacta una parte de la ZEE”: Bachelet
De acuerdo con información del Diario Financiero de Chile, la presidenta electa, Michelle Bachelet, esperó la declaración del presidente Sebastián Piñera para comunicar sus impresiones del fallo de La Haya, las que en general coincidieron con las del Gobierno. En esa línea, Bachelet dijo no compartir la decisión del tribunal internacional relativa a las 80 millas. “Esta decisión de la Corte, que no compartimos y lamentamos, impacta una parte de la Zona Económica Exclusiva, donde Chile goza de derechos económicos”, dijo tras evaluar los alcances.

Las opiniones

Carlos Arévalo
Experto en derecho internacional U. Sabana
“Perú demostró una férrea diplomacia internacional y por eso supo llevar el caso ante la Haya, organismo que lo determino como ‘ganador’”.

Eric Tremolada
Experto en derecho internacional U. Externado
“A Colombia le debe quedar de moraleja que los tratados limítrofes se acatan de acuerdo a su contenido y no a otras apreciaciones”.