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Cifras de Ecuador en medio de la ola de violencia
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Guayaquil es uno de los corredores de tráfico de cocaína más frecuentado por carteles mexicanos. Los grupos ecuatorianos recibirían armas y dineros de parte de ellos
La situación de inseguridad en Ecuador llegó a su punto más alto en la tarde del martes cuando aproximadamente 20 integrantes de una banda criminal irrumpieron en los estudios de televisión del canal TC Televisión y obligaron a los trabajadores a arrodillarse mientras empuñaban sus armas y granadas y le enviaban mensajes al presidente, Daniel Noboa, sobre la presencia policial en Guayaquil.
Frente a esto, el primer mandatario decretó un estado de emergencia de 60 días, junto con un toque de queda nocturno en el territorio. Así mismo, declaró el conflicto armado interno y le ordenó a las Fuerzas Armadas ejecutar las acciones militares necesarias para neutralizar a los grupos criminales, ahora considerados organizaciones terroristas. Algunos de ellos son Los Choneros, Caballeros Oscuros, ChoneKiller, Covicheros y Cubanos, entre otros.
El desencadenamiento de la violencia en Guayaquil, puntualmente, y en todo Ecuador, se produjo después del escape de prisión de uno de los máximos jefes de la banda Los Choneros, Adolfo Macías, alias ‘Fito’. Sin embargo, existen cinco razones que dan cuenta de la escalada de violencia que sufre este país.
El crecimiento en el número de grupos criminales violentos es la principal causa de la escalada de violencia en Ecuador pero, específicamente, en Guayaquil.
Estas agrupaciones han venido disputando el tráfico y la distribución de drogas por las cárceles y los corredores internacionales para el tránsito de las mismas. Uno de los primeros grupos en figurar fue Los Choneros, banda narcotraficante surgida en la década de los 90 en la provincia costera de Manabí.
Uno de sus máximos jefes es Adolfo Macías, líder que pagaba una condena de 34 años cuando escapó de la cárcel El Litoral de Guayaquil. Actualmente, el Estado reconoce a 22 organizaciones criminales, entre ellos los Cubanos, Cuartel de las Feas, AK 47, Tiguerones y Latin Kings.
Guayaquil, la ciudad costera más grande de Ecuador, es considerada la más peligrosa del país, pues para finales de 2022, registró un incremento de 80% en los homicidios.
Sus puertos son un centro para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa, debido a la participación de los carteles mexicanos y de las disidencias de grupos guerrilleros colombianos.
“Los últimos dos gobiernos le quitaron presupuesto a la seguridad e inteligencia. Los ministerios encargados de las cárceles perdieron capacidad y gestión de presupuesto”
“Si Ecuador no logra contener la inseguridad producto del narcotráfico, los inversores tienden a alejar sus inversiones de este tipo de economías”
Así mismo, está ubicado entre dos países productores de cocaína (Colombia y Perú) y cerca a un tercer país productor, Bolivia. Esto convierte a Ecuador en un punto estratégico para el transporte de la misma a otros destinos del mundo.
En 2022, las autoridades registraron decomisos por casi 180 toneladas de cocaína mientras que en 2021 fue de 210 toneladas, una cifra récord.
Como se mencionó previamente, la presencia de las disidencias de las Farc y del Cartel de Sinaloa en las costas ecuatorianas ha traído consigo una ola de violencia sin precedentes en la historia reciente. Insight Crime presume que estos grupos al margen de la ley han provisto a las bandas del vecino país de armas y dinero.
Así mismo, considera que parte de la violencia entre las bandas radica en la defensa de los corredores que los carteles y las disidencias usan para distribuir la droga y que esta llegue a sus destinos finales (México, Estados Unidos y Europa, principalmente).
Indicios de la misma organización apuntan a que, incluso, bandas criminales de Europa del Este han estado en Ecuador por más de una década a través de conexiones con organizaciones transnacionales.
Pese a la evidente ola de inseguridad que atraviesan, especialmente, las provincias costeras, las acciones del Estado no han contenido la problemática. Tras hechos violentos como los ocurridos en Guayaquil durante esta semana o el asesinato del candidato presidencial anticorrupción, Fernando Villavicencio, tanto el gobierno de Guillermo Lasso como el de Daniel Noboa no han tomado las medidas necesarias para contener la situación.
Aún no se sabe con certeza detalles del mencionado asesinato y los motines en los centros penitenciarios no cesan, pese a que se han decretado estados de emergencia y se ha extendido la capacidad en las cárceles. Juan Federico Pino, profesor titular de Flacso Ecuador, afirma que la disminución en la inversión en esta área es una de las causas de la crisis carcelaria.
Insight Crime explicó que no es complicado que un reo tenga acceso a armas, drogas o celulares. “El coronel es quien los ingresa”, dijo un reo, entrevistado por la organización y dando cuenta de la gravedad de la problemática.
Esta situación se justificaría en los bajos salarios de quienes laboran en los penales (US$520, el sueldo más bajo que ganan los funcionarios públicos) en relación al tiempo de trabajo.
Estas personas se valen de los chalecos antibalas o de sus armas de dotación para ingresar estos elementos por “tarifas” desde US$100 hasta US$4.000. Datos de El Comercio apuntan a que 1.550 agentes tienen a cargo 39.550 prisioneros, es decir, un guardia para cada 26 presos.
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