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Donald Trump, presidente de Estados Unidos
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El presupuesto prevé US$557.000 millones en gastos no relacionados con defensa para el próximo año, con un recorte de US$163.000 millones
El presidente Donald Trump solicitó al Congreso recortes profundos a las agencias nacionales y un impulso al ejército en un esquema preliminar de su solicitud de presupuesto para 2026.
El presupuesto del presidente prevé US$557.000 millones en gastos no relacionados con defensa para el próximo año, lo que representa un recorte de US$163.000 millones con respecto a los niveles actuales.
Conocido como el presupuesto reducido por su falta de detalle, el documento representa la primera oportunidad del nuevo presidente para delinear su visión sobre el tamaño y el alcance del gobierno federal. Sin embargo, la versión de Trump fue aún más reducida de lo habitual, omitiendo las proyecciones económicas y de tasas de interés de referencia, características típicas de las propuestas presupuestarias presentadas por la Casa Blanca en administraciones anteriores.
El documento tampoco incluía previsiones sobre la deuda pública, el déficit ni la recaudación fiscal. También se excluyeron las proyecciones relacionadas con los programas de prestaciones sociales, encabezados por la Seguridad Social y Medicaid, que son importantes impulsores del gasto federal general.
Aunque el Congreso rara vez la aprueba en su totalidad, la solicitud presupuestaria ayuda a iniciar el proceso anual de asignaciones presupuestarias. En los últimos años, este proceso ha sido escenario de disputas partidistas que incluyeron reiteradas amenazas de cierres parciales del gobierno o incluso cierres efectivos.
El presupuesto récord de defensa financiaría el proyecto de defensa antimisiles Golden Dome, la construcción naval y la modernización nuclear, y la seguridad fronteriza, entre sus principales prioridades. Incluye un aumento salarial de 3,8% para los militares.
El Departamento de Seguridad Nacional, central en los esfuerzos de Trump para acabar con la inmigración ilegal, aumentar la seguridad fronteriza y deportar a personas indocumentadas, vería su presupuesto aumentar en casi 65% según el plan.
En el ámbito nacional, Trump propone un recorte de 22,6% en el gasto para el año fiscal 2025. La propuesta recortaría drásticamente los programas ambientales y de energía renovable, así como las iniciativas diseñadas para abordar las disparidades raciales. La Agencia de Protección Ambiental, EPA, y el Departamento de Energía sufrirían fuertes recortes. Trump también pide a los legisladores que cancelen US$15.000 millones de la emblemática ley de infraestructura del expresidente Joe Biden para programas de energía renovable.
La Casa Blanca presentó el presupuesto con una serie de puntos de discusión que destacaron el uso que Trump hace del plan de gastos como documento de política social. Los recortes propuestos en educación infantil, vivienda, ciencia y ayuda exterior se calificaron de "Recortes para la Conciencia". La eliminación de US$3.500 millones en asistencia a refugiados se ubicó bajo el título "Desfinanciamiento de la Frontera Abierta". Los programas de clima, medio ambiente y energías renovables se recortarían con la premisa de "Acabar con la Nueva Estafa Verde".
La ayuda exterior y los programas de diversidad e inclusión también están en la mira para su eliminación o reducción drástica. Trump propone recortar unos US$5.000 millones a la Fundación Nacional de Ciencias y eliminar algunas subvenciones de la Noaa, la agencia que pronostica el tiempo y monitorea las condiciones oceánicas y atmosféricas.
El documento pide que se eliminen o consoliden los subsidios federales en bloque y prevé importantes recortes adicionales en el Departamento de Educación (que Trump pretende eliminar eventualmente), así como en los Institutos Nacionales de Salud y el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano.
El Instituto de Paz de los Estados Unidos cerraría por completo, al igual que la Agencia de Desarrollo de Empresas Minoritarias, la Voz de América y el Fondo de Instituciones Financieras para el Desarrollo Comunitario.
El presidente ha prometido no tocar los beneficios, pero dijo que perseguirá el fraude y el abuso en el sistema; algunos legisladores republicanos han propuesto recortar Medicaid como parte de un esfuerzo para compensar los costos de los ambiciosos planes de Trump de extender y ampliar sus recortes de impuestos, que están a punto de expirar.
Los detalles de la propuesta presupuestaria de Trump ilustran el alcance de sus esfuerzos por controlar el gasto mediante acciones en el Congreso, además de la serie de medidas ejecutivas que ha intentado implementar. Los equipos del Departamento de Gobierno y Eficiencia de Elon Musk han cancelado contratos, despedido a empleados federales y desmantelado agencias enteras.
Trump designó a Musk para recortar el gasto federal, quien en gran medida ha tomado estas medidas sin la aprobación expresa del Congreso. Muchas acciones han sido impugnadas en los tribunales, y Musk ha reducido su ambición inicial de recortar US$2 billones en gasto a US$150.000 millones.
El presupuesto ilustra que la iniciativa de Doge no generaría, en última instancia, ahorros significativos en el déficit. Propone mantener sin cambios todos los fondos discrecionales no destinados a emergencias en US$1.613 billones, al añadirse casi US$120.000 millones en fondos de defensa mediante la reforma fiscal de Trump. Los recortes generales se atribuyen a los fondos de emergencia, como los destinados a desastres naturales, que pueden aumentar fácilmente tras tormentas, inundaciones e incendios.
El plan de Trump también ilustra los límites de los ahorros que se pueden obtener al recortar los presupuestos operativos y el personal de las agencias en un presupuesto federal dominado por programas gigantes de prestaciones sociales, a medida que aumentan los pagos de la deuda federal debido a que las tasas de interés son notablemente más altas ahora que en los años anteriores a la pandemia.
El presupuesto ajustado será seguido por una solicitud más detallada a los legisladores en las próximas semanas. El Congreso determinará en última instancia los niveles de gasto para el año fiscal 2026 en los proyectos de ley de asignaciones presupuestarias que están sujetos a la aprobación presidencial.
Cualquier plan final de gasto para los presupuestos de las agencias regulares necesitará algún apoyo demócrata para ser aprobado por el Senado, una de las pocas oportunidades que tiene el partido minoritario de ejercer cierta influencia mientras los republicanos tienen el control unificado sobre el gobierno federal.
La propuesta presupuestaria anual de Trump es independiente de una medida que los republicanos aprobaron recientemente por iniciativa propia: la llamada resolución presupuestaria, que abarca el plan de recortes de impuestos junto con algunos recortes de gastos a largo plazo. Los legisladores republicanos están trabajando para aprobar este proyecto de ley de "reconciliación" en los próximos meses.
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