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Las problemáticas internas del país y la ausencia de algunos economistas líderes es una señal de que algo no se estaría haciendo bien
La Cumbre de Líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) 2024 representa una oportunidad clave para que Perú fortalezca sus vínculos comerciales y diplomáticos con las economías más dinámicas de la región Asia-Pacífico. Este encuentro busca promover el crecimiento económico inclusivo y la integración regional.
Sin embargo, la realización de esta cumbre podría verse envuelta por diversas problemáticas internas que afectan al país: creciente ola de inseguridad, huelgas nacionales, crisis hídrica e incluso un alto nivel de desaprobación hacia la mandataria Dina Boluarte. ¿Qué dicen los analistas?
Para Karla Gaviño, especialista en gestión pública, precisó que el descontento general que está sintiendo la ciudadanía coincide con las fechas en que se desarrollará esta cumbre. “Existe mucho descontento en varios sectores como transporte, salud, Cgtp, trabajadores del Ministerio Público, la misma población que le quitó su respaldo a la presidenta”.
Además, señaló que entre el Poder Ejecutivo y la ciudadanía existe un gran abismo de acercamiento. Esto está ocasionando que la población responda tomando estas medidas durante un evento internacional que pondrá los ojos en nuestro país.
“Hay un pésimo manejo comunicacional y una deficiente estrategia gubernamental sobre cómo preparar el clima social con miras al APEC. La estrategia de amedrentamiento, de calificar como “traidores de la patria” a quienes salgan a protestar, no es una estrategia adecuada, por el contrario, busca más este rechazo”, indicó a Gestión.
“Los presidentes que ya confirmaron su asistencia van a encontrar un nivel de descontento social. Que el gobierno esté optando porque las personas realicen trabajo remoto y que los estudiantes reciban clases virtuales durante toda esa semana es un indicador de que podría generarse una gran protesta”, precisó.
Para la especialista, las problemáticas internas del país y la ausencia de algunos economistas líderes es una señal de que algo no se estaría haciendo bien. “Los presidentes que no llegarán, ya tendrían su propia perspectiva de cómo está la situación en el país”.
“Tenemos un país lleno de violencia e inseguridad en donde este momento es mejor no estar físicamente.Frente a los 21 representantes versus a los que no van a venir, ya se tiene una perspectiva potencialmente del Perú. El descontento no solo está presente por la falta seguridad, también es por la corrupción, por los blindajes, pero sobre todo por reclamo de servicios básicos para la ciudadanía como es el agua”, agregó.
Ante esto, Gaviño hizo hincapié tras la crisis hídrica que enfrenta la región de Piura, en donde cerca de 60,000 hectáreas de cultivos estarían siendo perjudicadas si continúa la problemática e incluso, el impacto económico llegaría a superar los US$6 millones.
“Lo que está pasando en Piura es una muestra de la deficiencia en gestión pública y la falta de resolver problemas de inmediato. La población está sufriendo un golpe en su economía porque se ve en la necesidad de comprar agua. A esto se suma que cientos de agricultores perdieron su cosecha y se endeudaron al solicitar créditos para trabajar sus tierras”, dijo.
“Para los líderes mundiales será difícil que tengan un buen panorama del Perú. El simple hecho que no vengan todos los representantes y encuentren un país convulsionado, con deficiencia de servicios, con inseguridad ciudadana, con las morgues colapsadas, con una serie de proyectos estancados, es una radiografía completa de la situación actual”, agregó.
Antes de culminar, Gaviño señaló que para tratar de apaciguar la situación y tranquilizar a la población, el Poder Ejecutivo debería cambiar la forma en cómo se comunica con la ciudadanía y dejar tildarlos o colocarle calificativos.
Para Edmundo Lizarzaburu, PhD profesor e investigador de la Universidad Esan, el escenario de las próximas protestas que se han anunciado en el país será perjudicial, ya que el Perú aún está en una etapa de recuperación.
“El Perú enfrentó dos casos importantes del cual estamos intentando recuperarnos. El primero es la inflación global que impactó a la economía local, encareciendo los costos de vida y afectando a consumidores y empresas. El segundo, por el aumento de tasas de interés, lo cual encareció el crédito (es decir, pedir préstamos o financiamiento se volvió más caro). Sumado a esto, en nuestro país se incorporó la problemática de la seguridad ciudadana. Esos tres escenarios han generado en la población una zozobra de cara a la APEC. La ciudadanía tiene derecho a protestar, pero se han olvidado de sus obligaciones”, expresó a Gestión.
“Tenemos a la Cgtp que han anunciado un paro, pero cada vez que este gremio ha tenido un accionar lo único que ha hecho es entorpecer. Hasta el momento no se ve un beneficio a sus afiliados, entonces están politizando el derecho a marchar para poder coaccionar a un gobierno”, agregó.
Para Lizarzaburu, uno de los principales inconvenientes que dañan la imagen de nuestro país frente a otras economías es que el PBI podría retraerse, lo que impediría alcanzar los objetivos establecidos para cerrar el 2024, debido a la presencia de paros, huelgas y rechazo colectivo.
“Lo que podría generar estas situaciones de caos es que el vector empiece a caer y donde más se va a sentir es en diciembre, durante las fiestas navideñas. Esto podría generar que el PBI caiga. En lugar de crecer a 3.5, se genere una baja de 3.3 o 3.2″, destacó.
Por otro lado, se refirió al paro de transportistas que se desarrollará durante esta cumbre. “Es correcto que existe una situación de violencia, pero se tiene que trabajar de una manera integral. No puede ser que cinco autoridades de un distrito dispongan una medida y luego un alcalde tome otra y al final no se llega a nada concreto. El país tiene tres niveles de gobierno y cada nivel tiene que trabajar de manera articulada”.
“Lo que se está observando en la población es un descontento porque no hay soluciones concretas. Hoy en día muchas autoridades son voceros y promotores de situaciones que entorpecen la coyuntura. Si el 80% de la economía es informal desde hace más de 15 años, saben que si dejan de trabajar un día es dinero que dejan de llevar a sus casas”, sostuvo.
“Lo que no se está mirando es la relevancia de la Apec. Estas acciones nos hacen quedar mal y muchos gremios se están aprovechando de esta situación para poner “entre las cuerdas” al gobierno porque terminan perjudicando a todos los ciudadanos”, agregó.
César Ortiz, experto en seguridad ciudadana y presidente de Aproseg, expresó que la situación de inseguridad ha llevado a que algunos países, incluido China, tome precauciones al visitar Perú. “La delincuencia creciente genera una percepción negativa sobre la capacidad del gobierno peruano para manejar estos problemas de forma articulada”.
“El presidente chino iba a inaugurar el mega puerto de Chancay en persona, pero decidió hacerlo virtualmente. Este cambio refleja dudas sobre las condiciones de seguridad en el país y afecta la imagen de Perú ante líderes económicos internacionales, sobre todo ante el desarrollo de la APEC”, acotó.
“La inseguridad ha llegado a niveles donde la población siente la necesidad de actuar por su cuenta, lo cual es un reflejo de la falta de respuesta eficaz del gobierno. La percepción de que los líderes políticos no están en sintonía con la realidad de la inseguridad en el país deteriora aún más la confianza ciudadana”, añadió.
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