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AUTOMOTOR

Payasadas de Elon Musk vuelven a propietarios y posibles clientes en contra de Tesla

sábado, 30 de julio de 2022

Tesla tiene una gran conciencia de marca, consideración y lealtad, pero Musk es hoy el aspecto más negativo de la marca según informes

Bloomberg

Dennis Levitt consiguió su primer Tesla, un Model S azul, en 2013 y le encantó. “Fue mucho mejor que cualquier automóvil que haya conducido”, dice el ejecutivo de la empresa de autoalmacenaje de 73 años.

Compró la marca al igual que Elon Musk, el carismático director ejecutivo de Tesla Inc., compró otro Model S al año siguiente y condujo el primero por todo el país. En 2016, hizo fila en una sala de exposición cerca de su casa en los suburbios de Los Ángeles para ser uno de los primeros en pedir dos Model 3, uno para él y otro para su esposa.

“Yo era un fanático total de Musk”, dice Levitt.

Lo era, porque aunque Levitt todavía ama a sus Teslas, pero está amargado con Musk. “Con el tiempo, sus declaraciones públicas realmente me han molestado”, dijo Levitt, citando las disputas del director ejecutivo con el presidente estadounidense Joe Biden, entre otras. “Actúa como un niño de siete años”.

Antes de que se informara, Musk tuvo una aventura con la esposa de Sergey Brin, lo que él niega; antes de su acuerdo descuidado, luego sin acuerdo, para adquirir Twitter; antes de la revelación, engendró mellizos con un ejecutivo en su startup de interfaz cerebral Neuralink; antes de que SpaceX despidiera a los empleados que lo llamaban “una fuente frecuente de distracción y vergüenza”; antes de que su hija cambiara su nombre y género legal tras su historial de pronombres burlones; antes de que un artículo dijera que SpaceX le pagó a un empleado US$250.000 para resolver un reclamo de que la acosó sexualmente, acusaciones que calificó de falsas; el comportamiento de Musk estaba desanimando a los posibles clientes y perturbando a algunos propietarios de Tesla.

Las tendencias han aparecido en una encuesta de consumidores y en un informe de investigación de mercado tras otro: Tesla tiene una gran conciencia de marca, consideración y lealtad, y la mayoría de los clientes están encantados con sus automóviles. ¿Las travesuras de Musk, por otro lado? Podrían prescindir de ello.

Creative Strategies, un medidor de la experiencia del cliente con sede en California, mencionó la frustración de los propietarios con Musk en un estudio que publicó en abril. Un año antes, la firma de investigación Escalent descubrió que Musk era el aspecto más negativo de la marca Tesla entre los propietarios de vehículos eléctricos encuestados.

"Escuchamos de los propietarios de Tesla que dirán: 'Mira, amo mi vehículo, pero realmente desearía no tener que responder a mis amigos y familiares sobre su último tweet'", dice Mike Dovorany, quien habló con miles de propietarios de vehículos eléctricos y compradores potenciales durante sus dos años trabajando en el grupo de automoción y movilidad de Escalent.

Much harder to make friends than enemies. My skill at the latter is improving.

— Elon Musk (@elonmusk) July 28, 2022

Hasta ahora, Tesla no ha tenido problemas para abrirse camino a través de las muchas controversias de Musk. La caída en las entregas de vehículos que la compañía informó el trimestre pasado fue su primera caída secuencial desde principios de 2020 y en gran parte tuvo que ver con los bloqueos de covid en Shanghái que obligaron a cerrar su fábrica más productiva durante semanas. Los competidores que han estado persiguiendo a la compañía durante una década aún pueden estar a años de alcanzar las filas de ventas de vehículos eléctricos.

El poder de estrella de Musk, construido en gran parte por su actividad en Twitter, el mismo foro donde se ha convertido en un pararrayos, ha contribuido enormemente a Tesla, especialmente porque ha evitado la publicidad tradicional . Su flujo constante de bromas en línea, puntuado con anuncios o trucos grandiosos ocasionales (ver: disparar un Roadster al espacio ) mantiene a Tesla en los titulares. Durante los primeros días de la compañía, los comentarios simplistas y de trolling eran una característica, no un error. Permitieron que Musk moldeara la cobertura de los medios y lo convirtieron en el cabecilla de la legión de fanáticos muy en línea de Tesla.

Pero después de hacer que Tesla y él mismo sean tan sinónimos entre sí, Musk se ha metido en conflictos políticos, intentó comprar una de las plataformas de redes sociales más influyentes del mundo y luchó para rechazar la cobertura poco halagadora de su vida personal, poniendo la marca cada vez más valiosa de la compañía en riesgo.

Jerry James Stone, un chef de 48 años de Sacramento, California, que enseña a sus 219.000 suscriptores de su canal de YouTube cómo preparar comidas veganas y vegetarianas, conduce un Volkswagen Beetle convertible y planea volverse eléctrico con su próximo automóvil. Todavía no está seguro de qué modelo, pero está seguro de que no será un Tesla.

“Elon acaba de ensuciar tanto esa marca para mí que ni siquiera creo que tomaría una si ganara una”, dice Stone. “Tienes a este tipo que es el tipo más rico del mundo, que tiene un enorme megáfono, y lo usa para llamar pedófilo a alguien que no lo es, o para avergonzar a la gente, todas estas cosas que son un poco asquerosas”.

Según Strategic Vision, una firma de investigación de EE.UU. que consulta a las empresas automotrices, alrededor de 39% de los compradores de automóviles dicen que no considerarían un Tesla. Eso no es necesariamente fuera de lo común: casi la mitad de los encuestados dicen que no considerarán las marcas de lujo alemanas. Pero Tesla se queda atrás con más marcas del mercado masivo: Toyota, por ejemplo, solo está fuera de la lista de compras para el 23% de los conductores.

Emma Sirr, una trabajadora de computación en la nube de 28 años que vive en Bozeman, Montana, se desplaza con su pareja y sus dos perros en una Nissan Frontier 2004. Han estado investigando los vehículos eléctricos durante unos tres años y hasta hace poco consideraban a los Tesla como la única opción viable, dada su autonomía y la infraestructura de carga que la empresa ha construido en su área. Pero se negaron a comprar uno debido a Musk, sus principales quejas fueron su política, la rotación de personal en la empresa y su enfoque arrogante de la tecnología de conducción autónoma.

“Quitamos a Tesla de la mesa desde el principio”, dice Sirr. Ella y su pareja tienen sus ojos puestos en el Kia Niro y el Chevrolet Bolt como posibles alternativas. “Como consumidores, nuestro poder es lo que compramos. Creo que las generaciones más jóvenes en particular votan con sus billeteras, y siento que eso podría volver a afectar”.

Durante gran parte de la última década, Tesla careció de competidores que igualaran el rango de batería de sus modelos y otras medidas de rendimiento. Los consumidores desanimados por las travesuras de Musk tenían pocos vehículos eléctricos a los que recurrir. A medida que los fabricantes de automóviles heredados presenten modelos eléctricos más capaces , Tesla no tendrá tanto margen de maniobra.

“Hemos visto entre los primeros usuarios una mayor disposición a asumir riesgos o aceptar cosas fuera de lo común”, dice Dovorany, quien dejó Escalent por una startup de tecnología automotriz a principios de este año. “No estamos viendo eso tanto con los compradores entrantes”. Para ganar esta cohorte, los fabricantes de automóviles deben marcar cada casilla y, para algunos, eso incluye contratar a un director ejecutivo que no comparta los memes de Hilter en las redes sociales.

Levitt, el ex fanático de Musk que se describe a sí mismo, hizo un viaje de prueba el mes pasado en un Lucid. No lo convenció, en parte, dice, porque no tenía suficiente espacio de carga para su equipo de golf. Todavía está esperando que otro fabricante de automóviles lo aleje de Tesla y está considerando modelos de Audi, Mercedes y BMW.

“Si sacas al Sr. Musk y sus travesuras de la ecuación, estoy casi seguro en un 98% de que mi próximo auto será un Tesla”, dice Levitt. “Sus travesuras me pusieron en juego”.

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