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La canciller alemana ha hecho hincapié en que los políticos no interfieran en el programa de bonos por parte de la entidad y ha defendido el plan porque las perturbaciones en los mercados de deuda están dañando la política monetaria.
Los políticos no tienen nada que decir respecto a cuánta deuda debe comprar el Banco Central Europeo (BCE) en los mercados secundarios como para de sus planes para hacer frente a la crisis de la eurozona.
"No depende de nosotros establecer los límites... Eso es dominio del BCE", ha subrayado hoy la canciller alemana, Angela Merkel, durante una rueda de prensa en Berlín.
Según ha explicado, el mercado de deuda padece "perturbaciones sistémicas", como reflejan los diferentes tipos de interés que pagan los distintos países de la zona euro por colocar sus bonos soberanos. Los tipos de interés de unos y otros "están ligados" y que esto ha dejado una "política monetaria perturbada", lo que justifica la intervención del BCE en el mercado secundario.
Como ejemplo, Merkel ha señalado que los intereses que está pagando en la actualidad Alemania por sus bonos a diez años son muchos más bajos que hace unos años y dejó entrever que este hecho está conectado con el repunte de las primas de riesgo de otras economías de la zona del euro.
"El Bundesbank tiene derecho a expresar sus opiniones sobre la crisis del euro"
La canciller alemana ha puntualizado también hoy que el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, quien podría presentar en breve su dimisión, tiene derecho a manifestar su punto de vista sobre la crisis de la eurozona.
Merkel ha dado así nuevamente respaldo a Weidmann después de que su postura respecto a la política de compra de bonos por parte del Banco Central Europeo (BCE) se haya granjeado las críticas por parte del ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, quien afirmó este fin de semana en la prensa alemana que sus declaraciones podrían tener un efecto pernicioso.
En una entrevista publicada este fin de semana, Schaeuble afirmó que la ciudadanía alemana estaba mostrándose preocupada por el carácter público de los debates internos en el BCE sobre su nuevo programa de compra de bonos, al que Weidmann se ha opuesto públicamente.
"Le conozco y sé que está muy implicado en que la crisis se resuelva de forma sostenible y el euro sea una moneda estable", ha añadido la canciller. Eso sí, ha insistido en que "la independencia del BCE es importante parar todos nosotros y por ello no añadiré más comentarios respecto a las declaraciones de Weidmann sobre el BCE".
"La autoridad bancaria europea no estará lista este año"
La canciller ve "relativamente improbable" que la autoridad europea que debe supervisar la actuación del sector bancario pueda estar a pleno rendimiento antes del próximo 1 de enero de 2013, tal como señaló el ministro de Finanzas en la reunión informal del Eurogrupo este pasado fin de semana.
Según ha apuntado Merkel, es "preciso" mantener cierto nivel de "calidad" en el desempeño de las funciones de este nuevo organismo común para facilitar la unión bancaria y alcanzarlo requiere cierto tiempo, por lo que las prisas no son buen consejero, sino que hay que centrarse en dar "pasos creíbles".
La zona euro no puede "decepcionar a los mercados" proponiendo medidas y plazos para salir de la crisis que luego no puede cumplir, como ya ha pasado en repetidas ocasiones en el pasado, ha insistido, ya que este tipo de anuncios que posteriormente no se cumplen "ha dañado" la credibilidad de Europa.
Bruselas apuesta por que el BCE supervise a los 6.000 bancos de la zona euro, pese a la resistencia de Alemania, que prefiere que la vigilancia se centre en las entidades más grandes.
Mantener la agenda reformista
La canciller alemana ha reiterado su compromiso en seguir adelante con los ajustes y las reformas en los países de la eurozona en crisis, aunque en una primera fase afecten negativamente al crecimiento, situación en al que se encuentran algunas naciones, entre ellas, España.
La eurozona se encuentra en "momentos recesivos", ha reconocido, pero también se mostrado convencida de de que el camino para salir de la crisis pasa por la implementación del pacto fiscal, para no repetir los fallos del pasado y por la mejora de la competitividad.
Por eso, Merkel instó a esos países a que mantengan la hoja de ruta reformista pese a sus consecuencias a corto plazo y a que, de forma paralela, aplique medidas sin coste económico para fomentar el crecimiento y la creación de empleo.
Según la canciller, este tipo de medidas están ya frutos en algunos países como España y Portugal, donde las exportaciones han repuntado en los últimos meses. En este sentido, ha apuntado que la situación de los países de la moneda común sería mucho peor si Alemania no hubiese tenido un crucial papel como "máquina de exportar".
Merkel espera que antes de fin de año se acuerde un proceso para una coordinación política más estrecha y una mayor responsabilidad dentro de la zona euro.
"Hay medidas que debemos tomar. Como esta crisis debe solucionarse políticamente, debemos hacer lo que no hicimos cuando se introdujo el euro, es decir, hace falta mayor coordinación y responsabilidad". Para ello, la zona euro necesita impulsar mecanismos para ayudar a los países que no son lo suficientemente competitivos, ha apuntado.
La canciller ha añadido a este respecto que no está previsto revisar las condiciones del rescate a Irlanda "que va por buen camino", ha señalado, y asegura que no ha mantenido ninguna conversación con el primer ministro italiano, Mario Monti, respecto a una eventual petición de rescate por parte del país transalpino.
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