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María Corina Machado, líder de la oposición venezolana.
La moneda venezolana se desplomó a mínimos históricos en marzo y las empresas tienen dificultades para reponer sus inventarios a medida que se amplía el diferencial cambiario
María Corina Machado dice que la oposición que ella lidera apunta a las dos mayores vulnerabilidades del presidente venezolano Nicolás Maduro: una economía que empeora rápidamente y las fracturas dentro de su propia maquinaria de represión.
La moneda venezolana se desplomó a mínimos históricos en marzo y las empresas tienen dificultades para reponer sus inventarios a medida que se amplía el diferencial cambiario, lo que amenaza con agravar la inflación. Al mismo tiempo, decenas de oficiales de las Fuerzas Armadas, cruciales para el control del poder de Maduro, han desertado en lo que los medios locales describen como una crisis de personal.
“Lo único que le queda al régimen es la represión con el apoyo de los altos mandos de la policía y el ejército, cuyas estructuras sufren una supervisión, espionaje y amenazas aún más intensas que la población civil en este momento”, declaró Machado, de 57 años, en una entrevista por Zoom desde un lugar no revelado. “Creo que tenemos una gran oportunidad ante nosotros, y la veo mucho más cerca hoy que hace un mes”.
El líder opositor ha permanecido prácticamente oculto durante los ocho meses transcurridos desde que Maduro declaró su reelección, a pesar de la evidencia de que Edmundo González Urrutia obtuvo la mayoría de los votos. Durante este tiempo, Machado ha intentado presionar al régimen, mientras que Maduro enfrenta simultáneamente una creciente presión por parte de Estados Unidos.
El presidente estadounidense, Donald Trump, revocó la licencia de Chevron Corp. para operar en Venezuela a principios de este año, lo que reducirá las exportaciones de petróleo —la mayor fuente de ingresos del país— en un 20 %. Se trata de una estrategia notablemente más agresiva que la del expresidente Joe Biden, cuyo gobierno negoció concesiones, incluyendo la licencia y la liberación de un aliado clave de Maduro, a cambio de la promesa de elecciones justas y libres en 2024.
Este último fue sólo el último intento fallido de derrocar a un régimen responsable de una crisis económica y humanitaria que resultó en una ola migratoria masiva.
Y por eso Machado quiere más.
Ha estado reestructurando su movimiento, pasando de uno centrado en preservar la integridad electoral a uno capaz de amenazar al régimen de Maduro desde la sombra. La siguiente fase del plan de la oposición es aislar a Maduro internacionalmente, y gran parte de ello depende de Estados Unidos. Su equipo ha estado presionando a la administración Trump para que aplique estrategias de máxima presión. Esto incluye abogar por que Estados Unidos designe a Maduro como jefe del Tren de Aragua, la banda en la mira de Trump. Al mismo tiempo, debe conservar su base de apoyo y seguir convenciendo a los venezolanos de que su movimiento sigue siendo una opción viable.
“Estamos trabajando muy duro en Venezuela. El hecho de que no lo vean no significa que no lo estemos haciendo”, dijo Machado. “Estamos avanzando en el aislamiento del régimen y en la eliminación de los pilares que lo sustentan”.
Mantener el mismo nivel de apoyo público mientras permanece oculta supone un reto para Machado. Su popularidad ha caído mientras ella y su equipo operan en la sombra, según algunas encuestadoras.
Aun así, un año después de inspirar un movimiento sin precedentes desde el ascenso del fallecido Hugo Chávez, sigue siendo la líder política más popular de Venezuela. Descrita a menudo como una oradora vibrante y segura de sí misma, Machado ha amasado un público fiel que la ve como una opción para reformar la economía nacional mediante privatizaciones masivas y el regreso de tecnócratas al gobierno, políticas muy distintas a las implementadas por Maduro.
Una encuesta de marzo realizada por Panterra Research, con sede en Londres, anteriormente conocida como ClearPath Strategies, muestra que el 74% de los no chavistas (aproximadamente dos tercios de la población) confiaban en Machado como líder, en comparación con el 65% en marzo de 2024. David Bluestone, director gerente de Panterra, que ha realizado investigaciones políticas en Venezuela desde 2012, dijo que los encuestados señalaron repetidamente la claridad y la fuerza de Machado.
“El hecho de que todavía esté en el país, incluso escondida, permite que la gente sienta que estará allí 'hasta el final'”, dijo, en referencia al lema de su campaña.
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