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Bandera de Perú.
Una de las inscripciones más relevantes en este periodo fue la de la marca Fischer, perteneciente a la empresa alemana Fischerwerke GmbH
Pese a un entorno sociopolitico aún desafiante, el mercado peruano sigue despertando el interés de grandes marcas globales que comienzan a dar sus primeros pasos para posicionarse localmente. Según la 12ª edición del “Índice Global de Complejidad Empresarial”, Gbci, elaborado por TMF Group, Perú ha mejorado su ubicación en el ránking de países más complejos para hacer negocios. No obstante, persisten importantes retos normativos y administrativos que obligan a las compañías a actuar con cautela.
Pese a ello, entre el 19 y el 23 de mayo se registraron 581 nuevos procesos de inscripción de marcas ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi). Estos registros pueden responder tanto a estrategias defensivas —para evitar el uso indebido de signos distintivos— como a preparativos para un eventual ingreso comercial.
Una de las inscripciones más relevantes en este periodo fue la de la marca Fischer, perteneciente a la empresa alemana Fischerwerke GmbH, ampliamente reconocida a nivel mundial por su innovación en sistemas de fijación para la industria de la construcción, la ingeniería y el bricolaje. La empresa solicitó protección para su marca en la clase 1 de la clasificación internacional, que abarca productos químicos industriales, adhesivos, resinas sintéticas en bruto, siliconas, compuestos extintores, cargas de gas y productos de protección contra el fuego, entre otros.
El portafolio de Fischer es extenso y se caracteriza por soluciones técnicas de alta precisión y resistencia, aplicadas en obras de infraestructura compleja, instalaciones técnicas y proyectos arquitectónicos exigentes. Su presencia en más de un centenar de países, así como su reputación en innovación y seguridad, la colocan como una de las firmas más influyentes de su rubro a nivel global.
La inscripción de su marca en Perú no implica aún una operación directa, pero es una señal clara del interés de la compañía por resguardar su identidad comercial en un mercado donde la construcción y la ingeniería continúan siendo sectores estratégicos. En este contexto, proteger la marca es un paso temprano pero fundamental dentro de una eventual estrategia de expansión.
La neerlandesa Avebe protege su marca en Perú, otra firma europea que se suma a esta ola de exploración comercial es Avebe, marca insignia de Coöperatie Koninklijke Avebe, una histórica cooperativa agrícola de los Países Bajos especializada en el procesamiento industrial de la papa.
Fundada en 1919 y con sede en Veendam, Avebe se ha consolidado como una de las principales referentes mundiales en la producción de almidón, proteínas y otros derivados de este tubérculo. Su modelo cooperativo reúne a cerca de 2.000 agricultores en los Países Bajos y Alemania, y emplea aproximadamente a 1.254 personas a través de su red de plantas en Europa y oficinas comerciales en Asia y Estados Unidos.
En la semana del 19 al 23 de mayo, la firma inició el proceso de inscripción de su marca en el registro de Indecopi, en tres categorías que reflejan su diversificada cartera de productos. Estas abarcan desde ingredientes de base industrial como almidón, harina y proteínas para usos alimentarios, farmacéuticos y cosméticos (clase 1), hasta aplicaciones para consumo humano y animal, incluyendo espesantes alimentarios, aglutinantes y suplementos nutricionales (clases 30 y 31).
Aunque actualmente no cuenta con presencia directa en Perú —ni oficinas comerciales ni filiales—, el registro de su marca sugiere un interés por salvaguardar su propiedad intelectual en el país. Este tipo de movimientos suele ser el primer paso de compañías globales que evalúan su ingreso a nuevos mercados, especialmente en sectores como la agroindustria, la alimentación funcional y los ingredientes naturales, donde Perú posee un creciente dinamismo.
El caso de Avebe, junto con el de la alemana Fischer, refuerza una tendencia en alza: empresas europeas de base industrial avanzan discretamente en su posicionamiento legal y estratégico en el país, preparándose para capitalizar oportunidades futuras en un entorno que, si bien complejo, ofrece atractivos diferenciadores en innovación alimentaria y manufactura.
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