Los cinco grandes retos de Ana Botín al frente de Santander

La nueva presidenta llega en un momento en que las cuentas de Santander se encuentran en clara mejoría. El grupo ganó US$3.567 millones en el primer semestre de 2013, un 22% más que en el mismo periodo del año anterior, pero todavía está lejos de las mejores cifras presentadas antes de la crisis que, cuando alcanzaron los US$11.646,36 millones anuales de ganancias, y tiene todavía una gran asignatura pendiente: la rentabilidad.

1. Rentabilidad: Desde el grupo financiero esperan que el ROE (retorno de capital) se vaya normalizando entre este año y el próximo, para que la maquinaria del banco esté ya a pleno rendimiento en 2016. El banco quiere que su rentabilidad sobre el capital se sitúe entre el 15% y el 18%, algo que tendrá que lograr en un entorno complicado con cada vez mayores requisitos regulatorios.

En una presentación a analistas realizada en junio, el consejero delegado, Javier Marín, remarcaba que el grupo se centrará en tres líneas de acción para superar este obstáculo:

a) Centrarse en segmentos de negocio y geografías con buenas rentabilidades y cerrar o reestructurar aquellos negocios que aporten poco al grupo.

b) Transformar comercialmente la entidad para ganar cuota de mercado. La digitalización, la mejora de las prácticas de venta y el foco en el cliente serán las vías para llevar a cabo estos cambios. Las nuevas clases medias de los países emergentes, los clientes affluent (banca personal) de los países desarrollados y las pymes son algunos de los segmentos en los que más quiere crecer Santander.

c) Recortar costes: el primer banco español tiene en marcha un Plan de Eficiencia con el que prevé ahorros de US$1.941,15 millones hasta 2016, de los que la mitad se habrán conseguido al final del presente ejercicio.

2. España: Uno de los mercados que más protagonismo deberá adquirir dentro de la estrategia de Santander es España. La crisis que ha sacudido a la banca nacional ha hecho que este mercado apenas representase un 7% del beneficio atribuido del banco en 2013. A pesar de no haber adquirido ninguna entidad nacionalizada durante la crisis, al contrario que sus principales competidores, la entidad quiere que España vuelva a aportar un tercio del beneficio durante los próximos ejercicios. Para ello absorbió Banesto y Banif, cuyas integraciones ya están finalizadas y aportando crecimiento a las cuentas del grupo.

3. Europa: Otro de los grandes retos a los que se enfrenta Ana Patricia Botín es consolidar a Santander como un gran banco en toda Europa. Por el momento, tiene una presencia sólida en España, Reino Unido, Alemania y Polonia. Dos grandes cuentas pendientes son seguir creciendo en Alemania y sacar a bolsa Santander UK, que se ha ido retrasando durante los últimos años debido a la crisis.

4. Latinoamérica: América Latina seguirá siendo otro de los principales focos estratégicos para la nueva presidenta. Esta región, que ha sido el gran sustento del grupo durante la crisis, ha perdido fuelle frente a Europa en las últimas cuentas principalmente por la caída del beneficio de Brasil. Aunque desde el grupo achacan esta peor evolución al efecto divisa, los indicadores macroeconómicos apuntan a una ralentización de la economía carioca a la que el grupo tendrá que hacer frente.

5. Convencer al mercado. Del éxito ante estos últimos retos dependerá en gran medida que Ana Patricia Botín supere otro de sus desafíos: convencer a los mercados del acierto en su elección como presidenta, sobre todo ante la aparición de fondos internacionales críticos –agencias de proxy– con el gobierno corporativo de las entidades (ver información adjunta).

Ana Patricia no tendrá que esperar mucho para su primera gran examen público: el próximo lunes presidirá la junta general extraordinaria convocada para aprobar una ampliación de capital del 5,8% con la que el banco se hará con el 100% de Santander Brasil. Con ello, la entidad persigue mejorar su beneficio por acción.

Cuando Emilio Botín tomó el relevo de su padre, nadie confió en su capacidad para mantener el legado de su padre. No sólo dio la talla, sino que superó cualquier expecativa. Ana Patricia Botín asumió ayer el mismo reto.