Los aranceles de México dan a los fabricantes de automóviles japoneses una ventaja

Mientras México aplica fuertes aranceles a las importaciones asiáticas, la falta de un acuerdo de libre comercio de Corea del Sur con el país latinoamericano lo coloca en desventaja frente a los fabricantes de automóviles rivales japoneses.

Se prevé que se apliquen aranceles más altos a una lista de más de 1.400 categorías de productos procedentes de países con los que México no tiene un acuerdo comercial. China, Corea del Sur e India se encuentran entre los exportadores que se verían afectados si el Congreso aprueba los gravámenes.

Para Corea del Sur, el mayor riesgo no reside en la retirada de China, sino en el avance de Japón. Tokio tiene un tratado de libre comercio con México, mientras que las negociaciones iniciadas en 2007 entre ambos países han avanzado poco.

Eso deja a las exportaciones coreanas (automóviles, autopartes, acero y pantallas) más vulnerables a las desventajas de costos, particularmente en el mercado estadounidense, donde México es utilizado como trampolín en el marco de un acuerdo de libre comercio trilateral que también involucra a Canadá, conocido como el T-MEC.

“Los aranceles probablemente supondrán un golpe mayor para China en general, por lo que podría haber algún beneficio indirecto para Corea, pero Corea enfrentaría una competencia aún más dura contra Japón”, dijo Chang Sang-sik, director del departamento de investigación de la Asociación de Comercio Internacional de Corea.

El último acontecimiento se produce tras la pérdida por parte de Corea del Sur de su ligera ventaja arancelaria sobre Japón en el sector automotriz y de repuestos.

Tras meses de negociaciones, ambos países se enfrentan ahora a un arancel del 15% sobre automóviles y autopartes. Sin embargo, antes de que el presidente Donald Trump iniciara su guerra comercial a principios de este año, Seúl disfrutaba de un arancel cero, mientras que Tokio se enfrentaba a una tasa de 2,5%. El resultado ha alimentado las críticas en Corea del Sur, que afirma que sus negociadores lograron un acuerdo menos favorable que el de Japón.

Dado que Washington aún no ha finalizado un pacto comercial con Seúl, Corea corre el riesgo de ser estructuralmente más débil que Japón en América del Norte, ya que ambos compiten por la demanda en Estados Unidos, un mercado crucial para la expansión de ambos dada la ausencia de competencia de los fabricantes de automóviles chinos en rápido ascenso.

Las empresas surcoreanas habían estado considerando a México como un centro para sortear los altos costos laborales de Estados Unidos y las barreras arancelarias del Sudeste Asiático. Sin embargo, los nuevos aranceles podrían obligar a reconsiderar su postura.

Las empresas coreanas también podrían impulsar con más fuerza un tratado de libre comercio con México, estancado desde hace tiempo. Las conversaciones comenzaron en 2007, se estancaron en 2008 y, tras algunos altibajos, su última vez fue en 2022. El impacto arancelario podría generar una nueva urgencia.

Algunas empresas cuentan con un colchón defensivo en virtud de una presencia manufacturera local en México.

Kia Corp., parte de Hyundai Motor Group, cuenta con una extensa planta en Nuevo León , al norte de México, con capacidad para producir 400.000 vehículos al año. Produce localmente modelos como el K3 y el K4, lo que la protege del muro arancelario que México está erigiendo contra sus rivales chinos.

Mientras tanto, a principios de este año la empresa matriz Hyundai Motor trasladó la producción del vehículo utilitario deportivo Tucson de México a Estados Unidos en respuesta a los aranceles impuestos allí. “Se espera que Hyundai Motor sea el menos afectado, ya que solo el 0,4% de los vehículos que vende en Estados Unidos se producen en México”, dijo Seokkeun Ha, director de inversiones de Eugene Asset Management Co. en Seúl.

Aún así, sería otro revés en América del Norte para las empresas surcoreanas después de una redada de inmigración en una planta de baterías de Georgia dirigida por LG Energy Solution Ltd. y Hyundai.

Agentes federales detuvieron a 475 trabajadores, la mayoría surcoreanos. La impactante operación ha resonado en toda la industria, mientras que las imágenes de los empleados con grilletes en las muñecas, la cintura y los tobillos han tensado las relaciones diplomáticas entre Seúl y Washington.