La administración Trump decide retirar su oferta para perforar petróleo en el Atlántico

El gobierno de Trump descarta la venta de concesiones de petróleo y gas en alta mar a lo largo de la costa este de Estados Unidos, después de que su plan inicial de subastarlas generara alarma en los bastiones republicanos del sureste.

Este cambio de mentalidad se produce después de que la Casa Blanca contemplara anteriormente un enfoque más amplio para la subasta de derechos de perforación en alta mar, habiendo elaborado planes para posibles ventas a lo largo de la costa este de Estados Unidos, según personas familiarizadas con el asunto que pidieron no ser identificadas porque no están autorizadas a hablar sobre las deliberaciones.

Sin embargo, las noticias sobre ese enfoque más amplio provocaron una rápida condena por parte de los ambientalistas y alarma entre algunos republicanos del sureste, por temor a que pudiera afectar al turismo. La preocupación por la perforación de petróleo y gas en el Atlántico contribuyó a frustrar un plan anterior del presidente Donald Trump para abrir la región durante su primer mandato.

El borrador del programa propuesto por el Departamento del Interior, como se le conoce, aún podría ser objeto de ajustes mientras los funcionarios ultiman la versión para su publicación, según indicaron fuentes cercanas a la operación. La propuesta podría presentarse formalmente en las próximas semanas, lo que marcaría el inicio de un largo proceso para desarrollar un nuevo calendario quinquenal para la venta de concesiones de petróleo y gas en alta mar.

Los programas de arrendamiento en alta mar, exigidos por la ley federal, suelen reducirse durante un largo proceso formal que los somete a comentarios públicos y al escrutinio del Congreso; por lo tanto, incluso un enfoque inicial amplio probablemente se reduciría antes de su finalización.

Aunque es posible que se produzcan más cambios antes de su publicación, por ahora los funcionarios de la administración siguen preparándose para incluir posibles ventas de arrendamientos en el Golfo de México, que el presidente Donald Trump rebautizó como Golfo de América, y en aguas cercanas a la costa oeste de Estados Unidos y Alaska.

El Departamento del Interior declaró que no haría comentarios sobre un borrador filtrado ni sobre información confidencial. Un funcionario de la Casa Blanca afirmó que la administración no discutiría los debates políticos en curso y que el presidente Trump había cumplido sus promesas de impulsar la energía estadounidense al derogar las regulaciones de Biden.

El borrador del plan para la perforación de petróleo y gas en el Atlántico durante el primer mandato de Trump suscitó una feroz oposición de casi 150 municipios de la costa este y líderes estatales costeros, incluidos republicanos de Florida y Carolina del Sur.

Los ambientalistas sostienen que en un mundo que se calienta no hay margen para expandir la producción de petróleo y gas. Afirman que las operaciones de perforación podrían poner en peligro los hábitats marinos y los animales que dependen de ellos.

Mientras tanto, la industria petrolera generalmente ha impulsado la obtención de más oportunidades de perforación y ha fomentado la expansión de los arrendamientos en el Golfo de México. Sin embargo, las compañías petroleras han mostrado poco interés en explorar nuevas aguas estadounidenses más allá del Golfo, debido a las perspectivas inciertas y la oposición pública.

Se sabe relativamente poco sobre el potencial de petróleo y gas a lo largo de la costa este. La mayoría de los datos existentes están vinculados a estudios geológicos de hace décadas y a unas cuatro docenas de pozos perforados en las décadas de 1970 y 1980.