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Bolsonaro arrestado por temor a que planeara huir de Brasil
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Bolsonaro fue condenado a 27 años y tres meses de prisión por intentar un golpe de Estado tras su derrota ante el presidente Lula da Silva
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro fue arrestado el sábado después de que un juez lo considerara un riesgo de fuga tras su condena por cargos de intento de golpe de Estado después de su derrota electoral de 2022.
El expresidente confirmó que intentó quemar, con equipo soldador, el dispositivo que monitorea su arresto domiciliario
El juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes ordenó la detención de Bolsonaro después de que su hijo mayor, el senador Flavio Bolsonaro, llamara a sus partidarios a realizar una vigilia frente a la residencia donde el exlíder se encuentra bajo arresto domiciliario.
Las autoridades creían que existía una amenaza creíble de que Bolsonaro pudiera intentar buscar refugio en una embajada extranjera en Brasilia en medio del “caos” causado por tal vigilia, escribió Moraes en una orden.
Bolsonaro fue condenado en septiembre a 27 años y tres meses de prisión por intentar un golpe de Estado tras su derrota ante el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Bajo arresto domiciliario desde agosto, Bolsonaro, de 70 años, fue puesto en prisión preventiva por la Policía Federal y recluido en su sede en Brasilia. Anteriormente se le había ordenado usar un grillete electrónico , y la preocupación por el riesgo de fuga surgió a raíz de la evidencia de que había manipulado el dispositivo, según la orden de Moraes.
El portavoz de Bolsonaro, Fabio Wajngarten, negó las acusaciones en una publicación en redes sociales , afirmando que "el monitor de tobillo funciona actualmente". Wajngarten negó previamente que Bolsonaro hubiera considerado abandonar Brasil cuando las autoridades federales lo acusaron de considerar una solicitud de asilo político desde Argentina antes del juicio.
Las embajadas de Estados Unidos y Argentina, que fueron citadas en la orden de Moraes como posibles destinos si Bolsonaro intentaba huir, no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios realizada fuera del horario comercial normal.
El episodio influirá en la decisión de la Corte Suprema sobre si permitir o no que Bolsonaro cumpla su condena en arresto domiciliario, aunque también se tendrán en cuenta su avanzada edad y su mala salud, según una persona familiarizada con el pensamiento de los jueces que solicitó el anonimato. Está previsto que el panel de jueces que supervisa el caso se reúna el lunes para decidir si ratifica la orden de Moraes.
El arresto es el último paso en la rápida caída del ex capitán del Ejército que ascendió desde los escaños traseros del Congreso de Brasil a su presidencia en una ola de sentimiento antisistema en 2018. Se produce en un momento en que el izquierdista Lula, el archienemigo político de Bolsonaro, está en la cima después de obtener un importante alivio arancelario de Donald Trump, el presidente de Estados Unidos que impuso gravámenes punitivos a Brasil en un intento por ayudar a Bolsonaro a escapar de sus problemas legales.
El caso contra Bolsonaro surgió de una investigación sobre el intento de insurrección del 8 de enero de 2023 en Brasilia, donde miles de sus partidarios irrumpieron en edificios federales mientras instaban a los militares a derrocar a Lula una semana después de que asumiera el cargo.
Los fiscales acusaron posteriormente a Bolsonaro y a siete aliados, incluidos personal militar y ex miembros de su gabinete, de conspirar para intentar un derrocamiento que incluía planes para asesinar a Lula, su vicepresidente y Moraes. Antes de su propio arresto en 2018, los partidarios de Lula organizaron vigilias en las que multitudes masivas se reunieron para apoyar al líder izquierdista que había sido condenado por cargos de corrupción un año antes.
Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, cumplió 580 días de prisión antes de que se anularan las condenas, lo que preparó el escenario para su regreso político y la derrota de Bolsonaro.
El juicio a Bolsonaro desencadenó un rápido deterioro en las relaciones entre Estados Unidos y Brasil después de que Trump anunciara aranceles de 50% sobre numerosos productos brasileños en un intento de que el tribunal retirara los cargos. Posteriormente, la Casa Blanca impuso sanciones y restricciones de visado a funcionarios y sus familiares.
La presión surgió después de que otro hijo de Bolsonaro, el congresista Eduardo Bolsonaro, se trasladara a Estados Unidos para solicitar ayuda. Sin embargo, la intervención de Trump impulsó a Lula, quien en octubre se convirtió en el presidente más popular de Sudamérica.
El interés de Trump en el caso parece haber disminuido desde la condena de Bolsonaro, y las dos mayores economías de América ahora trabajan para mejorar sus relaciones. Trump y Lula no hablaron de Bolsonaro ni del caso durante una llamada telefónica en octubre. Posteriormente se reunieron en Malasia, encuentro del que Lula se retiró diciendo que esperaba una " solución definitiva " a su disputa comercial pronto.
Trump firmó esta semana una orden ejecutiva que exime del aumento de aranceles a docenas de productos alimenticios brasileños, como el café y la carne de res. Junto con las medidas anteriores, la orden dejará a muchas exportaciones importantes de Brasil —el mayor productor mundial de café y carne de res— exentas del aumento de aranceles.
Los problemas legales de Bolsonaro también han complicado la búsqueda de un rival para Lula en las elecciones presidenciales de 2026 por parte de la derecha brasileña. El expresidente ha insistido en su intención de volver a presentarse a pesar de la condena y la prohibición de ocho años para postularse o ejercer cargos públicos, lo que deja a los posibles sucesores en el limbo mientras intentan posicionarse para la contienda.
Los inversores consideran al gobernador de São Paulo, Tarcisio de Freitas, exministro del gobierno de Bolsonaro, como un posible candidato para el próximo año. Miembros de la familia Bolsonaro, incluida su esposa Michelle, también se consideran posibles opciones.
"No permitiré que desista del propósito que el Señor le ha encomendado", dijo en redes sociales Michelle Bolsonaro, quien viajaba cuando arrestaron a su esposo. "Seguiremos orando".
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