Israel busca tregua en sus términos mientras ejército avanza hacia la ciudad de Gaza

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, convocará el martes al principal foro de toma de decisiones de Israel para discutir las perspectivas de un acuerdo para poner fin a la guerra de casi dos años en Gaza, al mismo tiempo que el ejército se prepara para un avance final en la ciudad más grande del territorio palestino.

Hamás tendrá hasta mediados de septiembre para acordar un alto el fuego que conduzca al regreso de los 50 rehenes israelíes restantes y al desmantelamiento de lo que queda de su gobierno y armas, según un asesor del primer ministro israelí, quien pidió no ser identificado al tratarse de un asunto privado. Si Hamás no acepta los términos, Israel habrá completado para entonces los preparativos militares y comenzará la operación en la Ciudad de Gaza, afirmó el asesor.

Las negociaciones para una tregua se han prolongado durante meses, con escasos avances. En la última ronda, Hamás afirmó haber aceptado un acuerdo propuesto por Qatar y Egipto, dos mediadores clave, por el cual liberaría a aproximadamente la mitad de los rehenes a cambio de una retirada parcial de las tropas israelíes.

Israel aún no ha respondido formalmente, pero ha mantenido que las conversaciones deben centrarse en la liberación inmediata de todos los rehenes. Netanyahu afirmó la semana pasada que los negociadores están listos para una nueva ronda de conversaciones mediadas, pero no se ha fijado ni lugar ni fecha.

"Queremos estar en condiciones de traer de vuelta a los 50 rehenes, siempre que se acepten nuestras condiciones", declaró el martes a la Radio del Ejército de Israel el ministro de Energía, Eli Cohen, miembro del gabinete de seguridad de Netanyahu. "No permitiremos que Hamás se recupere y se reorganice durante años".

Israel debería responder a la propuesta que Hamás acordó hace más de una semana, declaró el martes el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar, según un informe de Al-Jazeera. Añadió que la pelota está ahora en la cancha de Israel y que los negociadores esperan una respuesta.

El gobierno israelí está bajo presión de muchos de sus civiles y de gobiernos internacionales para poner fin a la guerra, que ha provocado más de 62.000 muertes palestinas, según el Ministerio de Salud dirigido por Hamás.

La semana pasada, un organismo respaldado por las Naciones Unidas declaró una hambruna en Gaza. Países europeos y otros, ya críticos con el creciente coste humanitario de la guerra, han condenado el avance planeado hacia la capital de facto de Gaza.

El martes, Arabia Saudita pidió a la comunidad internacional, y en particular a los miembros permanentes de la ONU, que “pongan fin a la hambruna en la Franja de Gaza y detengan el genocidio y los crímenes cometidos por el ejército de ocupación israelí contra el hermano pueblo palestino”.

La enérgica declaración simboliza la creciente indignación por el saldo humano en Gaza en el mundo árabe. El reino —cuyo príncipe heredero, Mohammed bin Salman, es cercano al presidente estadounidense Donald Trump— ha condenado la guerra, pero rara vez ha usado la palabra «genocidio» para describirla. Estados Unidos es uno de los miembros permanentes de la ONU.

Cuenta regresiva para la ciudad de Gaza
El ejército israelí se ha dado cinco meses para completar la toma de control de la ciudad de Gaza, según declaró un exoficial de alto rango del ejército israelí. Tropas y tanques rodearon la ciudad —que albergaba a casi un millón de personas antes del inicio de la guerra— durante el fin de semana y llevaron a cabo incursiones y ataques aéreos, lo que provocó la huida de muchos residentes, según informes del Canal 12 de la televisión israelí y el Servicio de Defensa Civil de Gaza.

Las autoridades israelíes han declarado que el ejército avisará a los civiles de la ciudad de Gaza antes del inicio formal de la operación para que puedan desplazarse hacia el sur. Israel afirma que, como parte de ello, ampliará la distribución de ayuda.

Trump, un aliado de Netanyahu que se ha hecho eco del pedido de salida de Hamás del poder en Gaza, dijo el lunes que quería que la guerra terminara "pronto", una señal de que la paciencia se está agotando en Washington.

"Hay que acabar con esto cuanto antes, porque entre el hambre y todos los demás problemas —peores que el hambre, la muerte, la muerte pura— la gente que está siendo asesinada", dijo, añadiendo que se estaba llevando a cabo un "esfuerzo diplomático muy serio".

Israel niega que haya hambruna en Gaza y dice que ha puesto en marcha políticas para prevenir la hambruna. Trump no dijo qué haría Estados Unidos si la campaña de Israel se prolonga ni dio detalles sobre el estado de sus movimientos diplomáticos.

Netanyahu también enfrenta presiones en su país, donde las encuestas llevan meses mostrando que la mayoría de los israelíes prefieren un acuerdo para recuperar a los rehenes restantes, incluso si este deja en pie a Hamás. Los familiares de los rehenes —20 de los cuales se cree que siguen vivos— temen que una escalada de la campaña en la ciudad de Gaza ponga en peligro sus vidas. El martes hubo más protestas en Israel, con manifestantes bloqueando carreteras y exigiendo que el gobierno regrese a las negociaciones de alto el fuego.

“Avanzar en el plan para conquistar Gaza mientras hay un acuerdo pendiente de firma por parte del primer ministro es una puñalada en el corazón de las familias y de toda la nación”, declaró Itzik Horn, cuyos hijos Eitan e Iair se encontraban entre las 250 personas secuestradas por Hamás. Iair fue liberado en uno de los dos ceses del fuego anteriores, mientras que Eitan permanece en Gaza.

Hamás, respaldado por Irán y considerado grupo terrorista por Estados Unidos y muchos otros países, desencadenó la guerra con una incursión en Israel en la que murieron 1.200 personas. Israel ha perdido más de 450 soldados en combates en Gaza.