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Trump, juramentó ante la misma Biblia en la que lo hizo Abraham Lincoln. Posteriormente, en su discurso, tras agradecer al expresidente, Barack Obama, y a su esposa, Michel, por su ayuda en el proceso de transición, retomó su tono nacionalista y exaltó el “cambio histórico” que esta posesión representaba.
“Estamos tomando el poder en Washington y dándoselo de vuelta al pueblo. Durante demasiado tiempo, un grupo pequeño ha recibido los beneficios del poder. Washington mejoró, pero el pueblo no. El establecimiento se protegió a si mismo, pero no a los ciudadanos”, afirmó Trump.
Además, aunque sin mencionar el caso de México en específico, el presidente expresó su preocupación por los países que, en sus palabras, están robando sus productos y sus empleos, y prometió que, desde ahora, esa fase se acabó.
“Por décadas, hemos enriquecido empresas en ultramar basándonos en la miseria de las industrias domésticas y hemos gastado millones de dólares en ultramar mientras se ha caída la infraestructura estadounidense hasta que fue casi irreparable. Una por una, las fábricas cerraron y se fueron de nuestras tierras sin siquiera pensar en los millones de estadounidenses que se quedaron atrás. Pero eso es del pasado y ahora estamos mirando solo hacia el futuro”, señaló el mandatario.
Al respecto, el republicano también afirmó que el país ha “defendido las fronteras de otras naciones mientras nos rehusábamos a defender las nuestras”. Esta frase en la que, de nuevo, no se refirió a ningún caso en específico, reafirman sus propuestas de campaña como la de la construcción de un muro en la frontera entre los Estados Unidos y México.
Finalmente, el mandatario concluyó con su eslogan de campaña: “vamos a hacer a Estados Unidos grande de nuevo, y sí, con su ayuda, ¡vamos a hacer a Estados Unidos grande otra vez!”
El decreto de Trump violaba el derecho consagrado en la cláusula de ciudadanía de la Enmienda 14 de la Constitución estadounidense
El Departamento de Estado de Estados Unidos había dicho que el gobierno de Panamá había acordado no cobrar más tarifas de cruce a los buques del gobierno
Trump ha utilizado la amenaza de aranceles para negociar con otros países cuestiones como la inmigración ilegal y el contrabando de fentanilo, así como los déficits comerciales.