MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Este paso conllevará una serie de ajustes en la estructura del Consejo de Administración de manera gradual.
La compañía afirma que su posición en el mercado ha experimentado mejoras notables y que su siguiente objetivo es llevar a cabo la OPI
El fabricante chino de smartphones, Honor, está preparando su salida a bolsa con una oferta pública inicial (OPI) apenas tres años después de que Huawei vendiese todos sus activos a un conglomerado de fabricantes e inversores chinos.
Hasta ahora, la empresa no ha revelado sus fechas definitivas para la oferta pública inicial, ni ha especificado el lugar donde tendrá lugar. Sin embargo, ha afirmado que su posición en el mercado ha experimentado mejoras notables en los últimos tres años y que su siguiente objetivo es llevar a cabo la OPI.
En la actualidad, Honor cuenta con un grupo accionarial compuesto por más de treinta empresas y distribuidores chinos. Estos adquirieron la totalidad de las acciones de Honor a Huawei en noviembre de 2020, a través de Shenzhen Zhixin New Information Technology, una entidad establecida por Shenzhen Smart City Technology Development Group. Este último conglomerado incluye entre sus principales accionistas a empresas estatales de inversión en el centro tecnológico del sur de China.
La empresa justifica su salida a bolsa como un camino para "lograr nuevos objetivos estratégicos, atraer capital diversificado y entrar en el mercado de capitales". Este paso conllevará una serie de ajustes en la estructura del Consejo de Administración, los cuales se realizarán de manera gradual a medida que se integren nuevos accionistas, siguiendo las normativas propias de una empresa cotizada.
Stefan Gerlach, subgobernador del Banco Central de Irlanda entre 2011 y 2015, dijo que espera que las presiones inflacionistas de la zona euro disminuyan aún más
Director del FBI, Christopher Wray, responde preguntas acerca del tiroteo hacia Trump y aclara que la investigación sigue en curso
Retirada de una de las mayores empresas de energía de Gran Bretaña subraya el desafío que enfrenta el gobierno del Reino Unido