Grecia se atrinchera frente al Eurogrupo y Berlín llama a su gobierno "irresponsable"

"Las líneas que hemos presentado como rojas no se cruzarán. De lo contrario, no serían auténticamente rojas, sino simplemente un farol [...] Desistiremos, sean cuales sean las consecuencias, de acuerdos que son equivocados para Grecia y equivocados para Europa. El juego de 'extender y pretender' que empezó después de que la deuda pública de Grecia se convirtiera en impagable en 2010 terminará", asegura Varoufakis en un artículo publicado en el diario 'The New York Times'.

Su posición es diametralmente opuesta a la de Schäuble, quien esta mañana ha acusado al Gobierno griego de actuar de forma "bastante irresponsable" y se mostró muy escéptico con la posibilidad de llegar a un acuerdo.

"Sospecho que se trata también de una partida de poker por parte del nuevo Gobierno, que ha tenido mucho éxito en una peculiar campaña electoral en Grecia [...] un Gobierno que se comporta de manera bastante irresponsable en este momento", afirmó el ministro alemán en una entrevista radiofónica.

Por su parte, el ministro de Economía español, Luis de Guindos ha asegurado llegar a la reunión con "espíritu constructivo", pero ha dejado claro que no renunciará a la devolución de la deuda (España tiene una exposición de 26.000 millones al rescate griego): "Los préstamos hay que devolverlos en su integridad y a partir de ahí vemos qué nos dicen los servicios técnicos de los compromisos del programa anterior", afirmó De Guindos.

Además, el ministro español lanzó una pulla al Gobierno griego al calificar de "troika" a la "troika", las tres instituciones (Comisión Europea, FMI y BCE) que supervisan el cumplimiento de las condiciones del rescate. El primer ministro heleno, Alexis Tsipras, aseguró el viernes pasado que "la troika ya no existe".

"Han estado unos días trabajando las instituciones, la troika, llámenle ustedes como quieran, con el Gobierno griego, y lo que tenemos que ver fundamentalmente es cuál es la situación desde el punto de vista del cumplimiento del programa anterior", afirmó el ministro español.

El ministro francés, Michel Sapin, se mostró algo más conciliador al asegurar que "Grecia debe respetar las normas europeas" y que Europa "debe respetar el voto de los griegos. Hay una nueva política y debemos ayudar a Grecia a aplicarla". Sin embargo, a su llegada a Bruselas ha asegurado que el Gobierno griego debería pedir una prórroga del rescate actual, que es precisamente la línea roja que ha trazado Varufakis.

Con este escenario, parece muy difícil llegar a un acuerdo hoy y algunos ministros a su llegada aseguraban que lo más probable es que hiciera falta convocar otra reunión del Eurogrupo para finales de esta semana o principios de la siguiente.

El problema: Grecia se queda sin dinero

En el fondo, de lo que se trata es de encontrar una solución política a un problema muy prosaico: Grecia se va a quedar sin dinero en algún momento y necesita financiación a corto plazo. Los optimistas dicen que puede aguantar hasta verano. Los pesimistas, que un impago es cuestión de semanas.

El Gobierno griego ha estado trabajando con la Troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) desde el viernes para determinar coincidencias y discrepancias entre las condiciones del programa de rescate actual y los planes del nuevo Gobierno de Syriza, la coalición de izquierda radical que ganó las elecciones griegas el 25 de enero. Serán los ministros quienes tratarán hoy de llegar a un acuerdo político sobre las discrepancias, pero las posiciones siguen muy distanciadas.

¿Y si no hay acuerdo?

La cuestión es la siguiente: el actual programa de rescate expira el 28 de febrero y si eso ocurre, Grecia pierde la posibilidad de acceder a 3.600 millones de euros del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y a unos 11.000 millones para recapitalizar sus bancos. El Eurogrupo quiere que Atenas pida esa prórroga, pero esto supondría acatar las condiciones del rescate y el Gobierno heleno ha prometido a su Parlamento que no lo hará. En su lugar, reclama un "puente financiero" sin apenas condiciones.

Pero ni la prórroga equivale a solucionar el problema, ni no pedirla supone necesariamente una catástrofe. Todo depende del tiempo que su Gobierno pueda seguir pagando las facturas. Expirado el rescate actual, Atenas y el Eurogrupo podrían sentarse a negociar otro nuevo. Esta es la opción más plausible en estos momentos, pero no está libre de riesgos. Las negociaciones en la Unión Europea suelen ser largas y cualquier nuevo rescate requerirá la aprobación de todos los Gobiernos del euro. Y mientras se discute sobre las cantidades, las condiciones y si a la Troika se le puede llamar Troika y al Programa, Programa, Grecia podría quedarse sin dinero o sufrir un pánico bancario.