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El Gobierno español no cuenta con margen para acometer rebajas de impuestos significativas en el marco de la próxima reforma fiscal, cuyo anteproyecto deberá ser aprobado este viernes por el Ejecutivo, según la agencia de calificación crediticia Fitch, que augura al país otros 4 ó 5 años de austeridad para que cambie la actual tendencia al alza del endeudamiento público.
"Creo que será difícil para España llevar a cabo grandes recortes de impuestos", apunta en una entrevista concedida a Europa Press el director gerente y responsable de emisores soberanos para Europa, Oriente Próximo y Africa de Fitch, Ed Parker.
Así, si bien Parker considera que la recuperación económica en España contribuirá a un incremento de los ingresos fiscales, advierte que, para cumplir los objetivos, una potencial rebaja de impuestos debería conllevar una bajada del gasto en España, que, sin embargo, ya se encuentra entre los más bajos de Europa, en su opinión.
"El balance entre impuestos y gastos es una elección política", señala el experto, quien confía en que el Gobierno continuará "con su parte" de la consolidación fiscal, aunque espera "una ralentización en el proceso hasta las elecciones".
En este sentido, el responsable de Fitch advierte de que una percepción de que el Gobierno pudiera no sentirse obligado por los compromisos contemplados en los acuerdos de disciplina fiscal sería vista por la agencia como "una muy fuerte señal negativa, y otros en el mercado también lo verían así".
No obstante, el experto apunta la posibilidad de que el Gobierno priorice algunas áreas en su reforma fiscal.
"Es importante para nosotros bajar los impuestos en este área y podemos compensarlo con subidas en otras. Eso puede ser posible, pero en general es bastante difícil lograr una gran rebaja de impuestos", añade.
El nuevo PIB no cambiará la opinión de Fitch
Por otro lado, el analista de la agencia de calificación no prevé que los inminentes cambios en la metodología y en las estadísticas para calcular el PIB en España y otros países de la UE vayan a cambiar la forma en la que Fitch ve la situación, aunque pudiese tener un impacto de algunas décimas a la baja en la ratio de deuda.
Estos cambios en el cálculo del PIB pueden suponer unos pocos puntos porcentuales en la ratio de deuda, reducir ligeramente la previsión de máximo de endeudamiento (104% del PIB para 2016), pero no van a cambiar que la deuda está subiendo y que "será necesario una recuperación más fuerte y más años de consolidación fiscal para rebajarla".
El Instituto Nacional de Estadística (INE) estimó la semana pasada que la suma de todos los cambios estadísticos y metodológicos previstos, incluyendo el cálculo del aporte a la economía de actividades ilegales como la prostitución y las drogas, podría elevar el PIB español hasta 4,5 puntos porcentuales.
Son necesarias más medidas
Por otra parte, el responsable de Fitch señala que, a pesar de la actual calma en los mercados, el Gobierno español, como el de otros países, no debería demorarse en acometer las medidas necesarias, aunque la situación de los mercados le permita colocar su deuda sin problemas.
"Hay menos presiones procedentes de los mercados, pero esto puede cambiar", apunta Parker, quien no duda en calificar de "insostenible" la situación de las finanzas públicas españolas por el nivel de déficit, mientras continúa aumentando la deuda, lo que hace necesarias "medidas adicionales y es peligroso si los gobiernos lo retrasan", advierte.
Riesgo político
Asimimo, Parker subraya la "cautela" de Fitch en su perspectiva para España y la eurozona, a pesar de las mejoras observadas y de la reciente decisión de subir el rating español, que pasó en abril a 'BBB+' desde 'BBB', como consecuencia de los riesgos a la baja de factores políticos y sociales.
"Hasta ahora, quizás es incluso sorprendente que no haya habido más problemas en Europa, donde ha habido manifestaciones, los partidos populistas han aumentado su cuota electoral... pero no hemos observado una gran inestabilidad política, no hemos visto un derrocamiento de los líderes proeuropeos. No esperamos que suceda, pero la política es un riesgo bajista", apunta el analista.
En este sentido, el analista recuerda que el rating de España era 'triple A' antes de la crisis y descarta una rápida recuperación en su nota de solvencia como consecuencia de los "muchos desafíos" que el país aún tiene por delante.
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