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Europa se está preparando para seguir a Estados Unidos en la decisión de postergar la introducción de reglas más estrictas para el capital bancario mientras presiona por un replanteo de la postura del país norteamericano, aseguraron fuentes de la Unión Europea (UE).
La postergación en Estados Unidos podría retrasar el comienzo de las normas globales en Europa, conocidas como Basilea III, por unos seis meses o incluso más, en caso de que diplomáticos y legisladores no superen el punto muerto respecto de una ley que iba a ser introducida por fases desde inicios del 2013.
En la superficie, la postergación será una buena noticia en particular para los pequeños bancos, ya que les dará una oportunidad de adaptarse a una nueva y completa legislación que aún debe ser concluida por los países de la UE y el Parlamento europeo.
Pero cualquier espera va a generar incertidumbre, sobre todo después de la decisión de Estados Unidos de abandonar el objetivo de enero del 2013, lo que complicó el acuerdo global de Basilea y derivó en promesas de importantes reformas para prevenir una nueva edición de la crisis financiera.
"Pase lo que pase, la nueva ley no puede hacerse efectiva el 1 de enero", dijo una autoridad de la UE, que habló en condición de anonimato. "La mitad del año sería una evaluación realista".
El secretario general del Comité Basilea, que diseñó el nuevo régimen, insistió el martes que el lanzamiento sería antes de lo planeado, pero aceptó que algunos países no cumplirían la fecha estipulada.
"Un gran número de jurisdicciones tienen todo en su lugar y están listas para seguir adelante el 1 de enero del 2013", declaró a Reuters Wayne Byres en una conferencia del sector financiero en Abu Dabi.
"Persistimos en la fecha, y aquellos que no estén listos el 1 de enero pueden estar listos después", agregó.
Bruselas está preocupada de que la decisión de Washington de ignorar la fecha estipulada de aplicación ponga a los bancos de la UE en desventaja respecto de sus competidores estadounidenses.
La postergación generó preocupación en la Comisión Europea. Michael Barnier, el comisionado a cargo de la regulación de finanzas, escribió al presidente de la Reserva Federal estadounidenses, Ben Bernanke, para expresar sus reparos y solicitar explicaciones, informaron autoridades.
De todos modos, muchas autoridades en Bruselas admiten en privado que lo mismo podría suceder en la UE y que el bloque también se verá obligado a postergar la implementación de Basilea III, lo que sería un revés en su intento de reforma financiera.
Al estandarizar las reglas de capital de la UE, la ley también facilitará al Banco Central Europeo el control de los prestamistas, en lo que sería el primer paso hacia una unión bancaria y la piedra angular de una integración fiscal en el área del euro.
"En términos prácticos parece imposible hacer algo que se implemente el 1 de enero, pero oficialmente no se ha dicho", sostuvo un importante legislador en el parlamento europeo.
Los bancos han presionado por una postergación de las nuevas normas hasta inicios del 2014, argumentando que la maniobra de Estados Unidos los pondría en desventaja.
El acuerdo global entre bancos centrales y reguladores reunidos en Basilea, Suiza, exige que los prestamistas resguarden más capital para cubrir pérdidas como créditos impagos.
También establece estándares más exigentes para determinar qué tipo de activos puede usar un banco para cumplir esos niveles de capital.
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