Estos son los países que más aportan emisiones de CO2 en el mundo según la Edgar

A pesar de los avances en políticas ambientales y de las inversiones significativas en fuentes de energía limpia durante la última década, las emisiones globales de gases de efecto invernadero continuaron aumentando y alcanzaron un nuevo récord en 2023.

Un análisis reciente, basado en datos de la Base de Datos de Emisiones para la Investigación Atmosférica Global, Edgar, reveló que solo 15 países fueron responsables de aproximadamente 80% del total de las emisiones mundiales de carbono.

Encabezando la lista se encuentra China, con un total de 15,9 gigatoneladas de CO₂ equivalente (GtCO₂e), lo que representa más de 30% del total mundial.

Este volumen está estrechamente relacionado con su rol como principal centro de manufactura del mundo, su alta dependencia del carbón y una industria altamente intensiva en emisiones. Aunque el país ha expresado su intención de alcanzar su pico de emisiones antes de 2030, el crecimiento continuo de su economía plantea desafíos considerables para cumplir con esa meta.

Estados Unidos ocupa el segundo lugar en emisiones globales, con 6,0 GtCO₂e, lo que representa el 11,3% del total mundial. A pesar de tener una población considerablemente menor que la de China, sus emisiones por habitante son altas, con un promedio de 15 toneladas de CO₂ equivalente por persona.

India, el tercer mayor emisor con 4,1 GtCO₂e (7,8%), muestra una dinámica diferente. Aunque sus cifras absolutas de emisiones son menores que las de EE. UU., su enorme población y el rápido crecimiento económico sugieren que sus emisiones seguirán aumentando en los próximos años.

Otros países como Arabia Saudita, Australia y Canadá, aunque no figuran entre los primeros lugares en volumen total de emisiones, presentan algunas de las tasas más altas de emisiones per cápita. Esto se debería a economías basadas en la extracción de recursos naturales y patrones de consumo energético elevados

En el caso de Brasil e Indonesia, sus altos niveles de emisiones están vinculados más al cambio en el uso del suelo que a la actividad industrial. La deforestación y las prácticas agrícolas a gran escala juegan un papel clave en sus contribuciones al calentamiento global, lo que señala la importancia de proteger los ecosistemas naturales en la lucha contra el cambio climático.