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Su legado en el país va desde la experiencia que vivió el día del “Bogotazo” en 1948 hasta sus acercamientos con guerrillas, como el ELN y las Farc, y su protagonismo en el Acuerdo de Paz.
“Fidel fue una persona que, al haber liderado una revolución como la cubana, generó una idea en todo el continente latinoamericano de que era posible para un pequeño grupo de opositores del gobierno ganar una revolución. De hecho, la guerrilla que estuvo más ligada a esos preceptos fue el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que se organizó para buscar repetir la experiencia de éxito guerrillero de Cuba”, explicó Antonio Navarro Wolff, senador y exmilitante del M-19.
El congresista recordó que un grupo de jóvenes encabezados por Fabio Vásquez Castaño, quien fuera el jefe máximo del ELN, viajó a Cuba para recibir entrenamientos y volvió a Colombia para organizar este grupo. “Hubo jóvenes de otros países que hicieron lo mismo”, resaltó.
Sin embargo, precisamente tras el triunfo de la Revolución Cubana y el acercamiento de esta nación con los soviéticos, las relaciones bilaterales entre Cuba y Colombia se degradó durante el Gobierno de Alberto Lleras Camargo, hacia 1961.
Al respecto, Mauricio Jaramillo Jassir, docente del Centro de Estudios Políticos e Internacionales (Cepi) de la Universidad del Rosario, resaltó que después de la Guerra Fría, hubo un proceso de normalización de la relación colombo-cubana, en el mandato de Alfonso López Michelsen.
“Otra de las mayores incidencias de Colombia y Cuba empieza en la década de los 90, cuando esta última es partícipe de casi todos los intentos serios por restablecer la paz en Colombia, desde mediadora en los diálogos con guerrillas y en crisis binacionales con Venezuela. Fidel Castro tuvo un rol esencial en el conflicto con Venezuela cuando arrestaron a Rodrigo Granda. Castro, personalmente, llamó a ambos mandatarios (el expresidente Álvaro Uribe y el también fallecido Hugo Chávez) para que dialogaran”, relató Jaramillo Jassir.
Según comentó Navarro Wolff, con el paso de los años, Castro se fue dando cuenta de que la victoria revolucionaria armada en otras naciones no era posible y entonces entendió que lo que había que hacer era promover procesos de paz.
En palabras de Iván Garzón Vallejo, director del programa de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, tras la muerte de Castro es probable que no se vislumbren muchos cambios en la medida de que su hermano ha demostrado ser un continuador de las políticas de Fidel, por lo que la pregunta que habría que plantearse es si se verá la transformación y la apertura democrática en la isla cuando Raúl deje el poder.
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