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El bono pie permite adquirir un inmueble aportando menos capital propio, ya sea porque una parte del pie se paga en cuotas o porque la inmobiliaria lo “bonifica”.
La crisis que golpeó al sector inmobiliario y de la construcción dejó múltiples secuelas, y una de las más visibles fue la creciente dificultad de acceso a la vivienda. Estudios recientes muestran que los precios de los inmuebles se distanciaron de las remuneraciones de los chilenos, lo que redujo la capacidad real de compra en un contexto de desaceleración económica.
En este escenario, y con las ventas en niveles bajos, las inmobiliarias comenzaron a implementar mecanismos para incentivar la demanda. Uno de ellos -y uno de los más polémicos- es el bono pie, herramienta que lleva años en la industria, pero cuya utilización se masificó en el último tiempo.
En términos simples, el bono pie permite adquirir un inmueble aportando menos capital propio, ya sea porque una parte del pie se paga en cuotas o porque la inmobiliaria lo “bonifica”. Este sistema funciona cuando la tasación bancaria supera el valor comercial al que realmente se está vendiendo el inmueble.
Así, si un banco financia 80% del valor de tasación, en la práctica puede terminar cubriendo entre 90% y hasta 100% del verdadero precio de compra.
El gerente de finanzas corporativas de Grupo Casal, Alejandro Saenz, explicó el sistema con un ejemplo. Si un departamento se vende comercialmente en UF 2.000, la empresa puede informar al banco que su precio es UF 2.500 y que el comprador entregó un pie de UF 500. Con esos antecedentes, el banco presta UF 2.000.
“Para la inmobiliaria el resultado es el mismo, porque recibe las UF 2.000, que era su precio real de venta. Pero para el comprador hay una gran diferencia. Si hubiera pagado un pie real de 20% (UF 400), su deuda sería UF 1.600. Con el bono pie, queda endeudado por UF 2.000”, enfatizó Saenz.
El uso masivo de este mecanismo encendió las alarmas de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI). Según constató Diario Financiero en la plataforma de la Ley de Lobby, su director ejecutivo, Slaven Razmilic, se reunió con el vicepresidente de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), Augusto Iglesias, para exponer los criterios de evaluación en créditos hipotecarios y la determinación del Loan To Value.
El objetivo, señaló la ADI, fue alertar al regulador sobre “una mala práctica que observamos crecientemente en la industria”, para que así se implementen acciones que ayuden a eliminarla.
A juicio del gremio, se trata de “una forma desleal de competir, que afecta la credibilidad, la transparencia y la sostenibilidad del rubro”.
El acuerdo también incluye además gastos operativos vinculados a transporte, alimentación y logística general para las festividades
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