Un vuelo de 17 horas se convierte en el más largo del mundo por evitar territorio ruso

Desde la invasión rusa a Ucrania a finales de febrero de este año, muchas dinámicas políticas, económicas, sociales e industriales han permeado los lineamientos regulares que mantenía el mundo. Una de las problemáticas que flageló la guerra (y la que desencadena otras más) es la prohibición de sobrevuelo a espacio aéreo ruso por parte de algunas aerolíneas a medida de responder con las sanciones impuestas al gigante soviético.

Esto ha ocasionado que las rutas regulares se extiendan hasta tres veces más en su trayecto, incrementando así el tiempo de vuelo, cantidad de combustible utilizado y a su vez, una sobrecarga de emisiones de CO2 a la atmósfera.

El cierre masivo de espacios aéreos inició con Ucrania, luego Europa y EE.UU. prohibieron que aviones rusos cruzaran sus espacios aéreos. Por último, Rusia impuso la prohibición total que cualquier aeronave no rusa pueda entrar en su espacio de vuelo.

Al no poder pasar atravesar el extenso territorio ruso (17,1 millones de km cuadrados), vuelos de larga trayectoria tendría que tomar rutas alternas para alcanzar su destino. En FlightRadar24, la página en tiempo real que visibiliza las rutas aéreas de todos los vuelos comerciales del mundo, identificó especialmente el vuelo entre Nueva Delhi y Londres. Al omitir el espacio aéreo ruso, su trayecto se extiende casi que 900 km más.

Recientemente, la aerolínea Cathay Pacific Airways Ltd. proyecta la nueva ruta Nueva York-Hong Kong, que presupone ser el vuelo comercial más largo del mundo vuelo por distancia recorrida, según Bloomberg; el nuevo trayecto recorrería la distancia de 16.618 kilómetros (10.326 millas), contabilizando un total de unas 17 horas.

Pero el problema no se trata de que se extienda unas cuantas horas más el trayecto de los vuelos comerciales, sino lo que produce a la capa atmosférica, por ejemplo, este cambio drástico de actividad.

La CNN distinguió las rutas suponen mayor actividad de vuelo, mayor tiempo, y mayor combustible que contribuye al calentamiento global.