El Gobierno francés se encamina hacia enfrentamiento por el impuesto al patrimonio

El Partido Socialista de Francia decidirá a finales de la semana si derroca al gobierno, tras las votaciones en el Parlamento sobre la iniciativa de la izquierda para aumentar los impuestos a los ricos.

Los socialistas, que desempeñan un papel fundamental en posibles mociones de censura, mantienen su amenaza de intentar derrocar al primer ministro Sébastien Lecornu si no se incluye un aumento significativo de los impuestos a los ricos en los planes fiscales del próximo año. El gobierno francés se ha resistido hasta ahora a los intentos de añadir impuestos generalizados sobre el patrimonio. El debate sobre las enmiendas presupuestarias para introducir gravámenes a las mayores fortunas en Francia se ha pospuesto hasta finales de la semana.

“Si no hay una contribución seria —y estamos haciendo propuestas para ello— de los muy ricos y de las multinacionales, no habrá suficiente dinero para equilibrar el presupuesto sin cargar a la gente común”, declaró Boris Vallaud, presidente del grupo socialista en la Asamblea Nacional, en la radio RTL el lunes. Al preguntársele si el grupo de centroizquierda podría censurar al gobierno, respondió: “Todo es posible”.

Después de obligar a Lecornu a suspender la reforma de las pensiones de Francia a cambio de abstenerse en las mociones de censura a principios de este mes, los socialistas ahora están presionando para obtener más concesiones.

El líder del partido, Olivier Faure, declaró el domingo que si el proyecto de ley de presupuesto fracasa, se producirá una moción de censura, seguida de la probable disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de nuevas elecciones legislativas. Sin embargo, los socialistas también se encuentran en una posición vulnerable, ya que las encuestas sugieren que el centroizquierda obtendría malos resultados en dicha votación.

"No soy de los que esperan el caos", declaró Faure en la televisión LCI. "Intento que las cosas funcionen, pero no bajo cualquier condición".

El partido de Fauré añadió el viernes una enmienda al proyecto de ley de presupuestos de 2026 para una versión más restrictiva de un impuesto generalizado sobre el patrimonio, que lleva el nombre del economista Gabriel Zucman. La izquierda lleva tiempo pidiendo el impuesto Zucman, pero los centristas del grupo del presidente Emmanuel Macron y los partidos de derecha lo han rechazado, argumentando que podría ser inconstitucional y perjudicar la inversión.

La enmienda propuesta por los socialistas pretende responder a algunas de estas preocupaciones, ya que obligaría a las personas con un patrimonio superior a US$11,6 millones a pagar impuestos correspondientes al menos a 3% de su fortuna, con exenciones para las empresas "innovadoras" y familiares. El impuesto Zucman, concebido como un gravamen de 2% sobre las fortunas superiores a US$110 millones, en teoría no contempla excepciones.

Sin embargo, en una entrevista publicada el sábado por la noche, la ministra de Presupuesto, Amélie de Montchalin, dijo que "está fuera de discusión" crear un impuesto que penalice a los empresarios y los activos de las empresas. “Esta es una profunda división dentro de la Asamblea Nacional”, dijo a La Tribune Dimanche.

La propuesta socialista también ha sido criticada por la extrema izquierda y por el propio Zucman, quien ha advertido que cualquier exoneración crea la posibilidad de optimización. “Los socialistas acaban de inventar un Zucman homeopático, diluido hasta el punto de que ya no servirá para nada”, declaró el domingo a RTL Mathilde Panot, líder del grupo France Unbowed.