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Estados Unidos extrajo 3.200 millones de barriles de crudo el año pasado, cerca de 500 millones más que en 2013. La industria petrolífera del país llegó a niveles que no se alcanzaban desde 1986 y aumentó su ritmo de producción a pesar de que los precios del crudo cayesen casi 50% en ese periodo. Desde el Departamento de Energía del Gobierno norteamericano han querido aclarar que “esta caída de los precios no tuvo inicialmente un impacto negativo en la producción de crudo, pero en 2015 sí que está afectando y se está reduciendo”.
Por tanto, es difícil que los americanos mantengan su puesto teniendo en cuenta que Arabia Saudí no sólo no ha bajado su producción a pesar de esta ‘crisis’ de los precios, sino que ha reaccionado aumentando las extracciones hasta los 10,3 millones de barriles al día según los últimos datos que ha proporcionado Ali-Al Naimi, ministro de Petróleo del país.
La importancia del Fracking
La razón fundamental del liderazgo estadounidense en este campo hay que buscarla en el fracking. El boom de esta controvertida técnica logró que el país multiplicara la producción de crudo en Dakota del Norte y Texas y la de gas natural en Pennsylvania y otros Estados del este.
A pesar de los sustanciosos frutos que está dando el fracking, la Administración estadounidense, consciente del riesgo que conlleva, ha impuesto el mes pasado unas estrictas reglas para el desarrollo de los pozos que empleen este método en el país, que actualmente suponen 90% del total.
Las compañías que opten por la fracturación hidráulica deberán informar detalladamente sobre el lugar de la perforación, su profundidad y la cantidad de fluido que va a usarse a la autoridad competente (que, en este caso es la Oficina de Manejo de la Tierra).
La preocupación por el cierre de la mina perjudicó el valor de los bonos y ha causado que los operadores traten la deuda del país como un crédito con grado especulativo
La empresa minera británica posee minas en países como Chile, Sudáfrica, Brasil y Australia y tiene una capitalización bursátil de US$36.710 millones
Una adquisición exitosa representaría el primer mega acuerdo entre las mineras diversificadas más grandes del mundo en más de una década