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Nicolás Maduro, presidente de Venezuela
Las proyecciones de estos ejercicios coinciden en un punto central que es la salida repentina de Maduro, ya sea por un golpe de Estado, una revuelta popular o una operación militar extranjera
Un ejercicio militar realizado por el gobierno de Estados Unidos reveló que la caída del presidente Nicolás Maduro podría desencadenar una ola de inestabilidad profunda en Venezuela; además, según The New York Times, este derrocamiento haría añicos el frágil gobierno autoritario del país.
Esta simulación denominada "juegos de guerra" establece que el colapso del actual régimen autoritario abriría la puerta a disputas violentas entre facciones políticas, unidades militares divididas y grupos armados que operan en zonas selváticas del país.
Este ejercicio se desarrolló mientras el presidente Donald Trump, en su primer mandato, presionaba abiertamente para derrocar al mandatario venezolano; adicionalmente enviaba soldados, buques y aviones estadounidenses a posiciones cercanas a Venezuela, calificaba a Maduro como un “criminal” y mantenía sobre la mesa la posibilidad de una intervención directa.
Sin embargo, a comienzos de semana, el mandatario estadounidense aseguró estar dispuesto a hablar con el líder venezolano, pero sin descartar una invasión terrestre para frenar lo que considera una participación activa del gobierno venezolano en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
Según el analista del International Crisis Group, Phil Gunson, dentro de las principales preocupaciones se encuentra que no existe un plan serio para las consecuencias que podría desencadenar esta acción. “La idea de que van a poder encajar un gobierno y todo lo demás se acomodará sin más, creo que es pura fantasía”.
El operativo militar de EE.UU. contra embarcaciones sospechosas también es un tema importante que se ha intensificado desde septiembre ya que, se han ejecutado al menos 21 ataques cerca de las costas venezolanas, con un saldo de más de 80 personas muertas que, según Washington, transportaban cargamentos de droga hacia territorio estadounidense.
Las proyecciones de estos ejercicios coinciden en un punto central que es la salida repentina de Maduro, ya sea por un golpe de Estado, una revuelta popular o una operación militar extranjera, no daría paso inmediato a la estabilidad. Por el contrario, esto podría destruir lo que queda del débil orden institucional venezolano y provocar “un periodo sostenido de caos sin una forma clara de ponerle fin”.
Este escenario adquiere mayor relevancia en momentos en que la líder opositora María Corina Machado, recientemente galardonada con el Premio Nobel, se perfila como la figura destinada a asumir el poder tras unas elecciones de 2024 que la oposición asegura fueron manipuladas por el chavismo.
Sin embargo, expertos consultados advierten que la historia reciente de intervenciones estadounidenses en Irak, Afganistán y Libia sirve como alerta: un cambio abrupto de régimen no garantiza gobernabilidad, y puede incluso detonar crisis prolongadas.
Pese a todos los efectos que podría desencadenar la caída de Maduro, altos funcionarios del gobierno de Trump aseguran estar al tanto de estas consecuencias, pese a esto, la caída del mandatario podría marcar el inicio de una crisis todavía más profunda en Venezuela.
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