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Brasil es el país que más le aporta a la cifra de US$117.894 millones, pues su déficit fiscal de US$74.984 millones representa casi 64% del valor final.
No obstante, la situación del gigante suramericano no es del todo preocupante aún, si se tiene en cuenta que este valor equivale a menos de 1% de su PIB. Aún así, la cifra podría ser muy alarmante si la economía brasileña no empieza a recuperarse del fuerte decrecimiento al que se ha enfrentado, el peor en 25 años.
Detrás en el listado se encuentra Colombia, que ostenta el segundo lugar un déficit de US$10.053 millones. Aunque el valor es muy inferior al brasileño, lo cierto es que el colombiano es más representativo, pues la equivalencia con respecto al PIB es de 3,4%.
Chile acompaña a los otros dos en el podio con un déficit de US$9.078 millones. Detrás suyo llegan Argentina (US$7.900 millones), Ecuador (US$6.601 millones), Perú (US$6.240 millones) y por último México ((US$3.038 millones).
Precisamente este desajuste en la balanza fiscal llevó a estos seis países a que buscaran renovar sus ingresos a través de reformas tributarias en 2016, que en algunos lugares como Chile y Colombia entraron en vigor este año.
De acuerdo con el profesor de negocios internacionales de la Universidad de La Salle, Julio César Botero, como muchas otras de las desgracias económicas de la región de los años anteriores, la principal razón por la que las reformas se convirtieron en un patrón a seguir para las naciones latinoamericanas fue la caída del precio de los commodities en los mercados internacionales, principalmente, del petróleo.
“Son casi todos los países de Latinoamérica, si no todos, los que están buscando esas reformas por sus déficits fiscales, precisamente porque dejaron de recibir los beneficios de la renta de las materias primas”, explicó Botero.
Así, aunque la reevaluación de gran parte de las monedas de la región de este año contribuyó a reducir estos valores incrementando la cantidad de dinero que se recibía por exportaciones pagadas en dólares, no fue suficiente para hacerle frente a la baja de la demanda mundial de hidrocarburos, producida por la desaceleración de la economía china y el autoabastecimiento de crudo de Estados Unidos.
“Cuando tuvimos la oportunidad de vender todas las materias primas a precios altos en el mercado internacional no hubo necesidad de buscar incentivar diferentes sectores a través de reformas, pero desde la caída en 2015, el panorama cambió”, afirmó el analista.
De esa manera, la gran tarea a la que se deberán enfrentar los gobiernos latinoamericanos será a diversificar su cartera de exportaciones, calificada de insuficiente y frágil por muchos analistas.
La opinión
Julio César Botero
Profesor de negocios internacionales de la Universidad de La Salle
“Cuando tuvimos la oportunidad de vender todas las materias primas a precios altos en el mercado internacional no hubo necesidad de buscar incentivar diferentes sectores a través de reformas, pero desde la caída, principalmente de los hidrocarburos, el panorama cambió”.
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