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Braskem SA, la mayor compañía petroquímica de Latinoamérica, podría detener la producción en la mayoría de sus plantas en marzo si no logra ampliar el acuerdo de suministro que tiene con la petrolera y destacada accionista Petrobras, dijo su presidente ejecutivo en una entrevista a un diario.
Las plantas de Braskem en Sao Paulo, Bahía y Río Grande do Sul dependen del suministro de nafta y podrían verse obligadas a interrumpir su producción, afirmó el presidente ejecutivo de la compañía, Carlos Fadigas.
La decisión podría ser un revés potencialmente fuerte para la complicada economía brasileña, afectada en parte por un escándalo de corrupción en la estatal Petróleo Brasileiro SA, nombre formal de Petrobras.
Odebrecht, que controla Braskem, también entrega a Petrobras suministros para construcción, ingeniería, embarques y otros servicios.
Ejecutivos de Odebrecht y otras grandes firmas de construcción e ingeniería se han visto salpicadas por la investigación por corrupción en Petrobras, que ha obligado a la empresa a suspender sus pagos y trabajos con otras compañías. Petrobras controla 37% de Braskem y es el principal socio de Odebrecht en la compañía.
El jefe de refinado de Petrobras, Jose Cosenza, que supervisa el contrato de suministro con Braskem, renunció la semana pasada junto a la presidenta ejecutiva, Maria das Graças Foster, y otros cuatro ejecutivos.
Foster fue reemplazada por el presidente ejecutivo del Banco do Brasil SA, Aldemir Bendine, un confidente de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
El acuerdo de suministro de nafta de Braskem y Petrobras, valorado en US$3.200 millones anuales, expira a fin de mes.
“No sé qué va a pasar ahora. Cuando hablamos de renovar el contrato en el pasado, Petrobras dijo que no entregaría nafta sin un acuerdo”, dijo Fadigas a Estado en la entrevista.
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