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La acción de Motta sería una señal de su disposición a mantener vivas las negociaciones entre el gobierno de Lula y el Congreso
Los esfuerzos del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para apuntalar el presupuesto de Brasil están al borde de otro revés después de que el Congreso avanzara en una iniciativa para bloquear la entrada en vigor de los aumentos de impuestos a algunas transacciones financieras.
El lunes, los legisladores de la Cámara Baja aprobaron, por 346 votos a favor y 97 en contra, una solicitud de urgencia para revocar un decreto gubernamental que aumenta el impuesto IOF. Esta medida procesal abre la puerta a la votación en el pleno sobre una propuesta para cancelar la medida.
Sin embargo, el presidente Hugo Motta, que inicialmente apoyó los planes del gobierno antes de cambiar de rumbo la semana pasada, se ha comprometido a convocar a dicha votación en las próximas semanas y no de inmediato, según dos funcionarios del gobierno y un legislador aliado con conocimiento de la situación.
La acción de Motta sería una señal de su disposición a mantener vivas las negociaciones entre el gobierno de Lula y el Congreso, según las tres personas. Todas solicitaron el anonimato para tratar asuntos delicados.
Un portavoz del presidente de la Cámara de Representantes no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios, pero Motta pareció confirmar el plan cuando llegó a la cámara baja por la noche.
“El gobierno se ha comprometido a presentar una propuesta de recortes presupuestarios; estamos a la espera”, declaró a los periodistas. Previamente, se reunió con el jefe de Gabinete de Lula, Rui Costa, y la ministra de Relaciones Institucionales, Gleisi Hoffmann.
Para revocar el decreto de Lula, el Senado también tendría que derogarlo en una votación separada.
Se espera que el decreto genere alrededor de US$1.300 millones en ingresos, una porción relativamente pequeña de un paquete fiscal más amplio que el gobierno estima que generará más de US$9.104 millones ingresos hasta fines del próximo año.
Pero esta inusual medida —el Congreso de Brasil no ha revocado un decreto presidencial en tres décadas— aumentaría la presión sobre los esfuerzos del gobierno para alcanzar su objetivo presupuestario de 2025, al tiempo que subrayaría sus difíciles relaciones con la legislatura en un momento en que la angustia de los inversores por los déficits fiscales solo está aumentando.
El gobierno necesita fondos adicionales para cumplir su objetivo de entregar un resultado presupuestario primario equilibrado, excluyendo el pago de intereses, este año, especialmente en medio de ingresos fiscales menores a lo esperado y la renuencia de Lula a recortar el gasto.
Sin embargo, los esfuerzos fiscales del ministro de Hacienda, Fernando Haddad, siguen tropezando con obstáculos. El actual decreto del IOF forma parte de un paquete revisado de medidas fiscales que Haddad presentó la semana pasada, después de que su plan inicial provocara una liquidación de divisas y se enfrentara al rechazo de legisladores y líderes empresariales.
El decreto original se anunció junto con una congelación presupuestaria de US$5.664 millones, y se esperaba que generara cerca de US$10.925 millones en ingresos durante los próximos dos años. Horas después de su anuncio, Haddad eliminó un impuesto de 3,5% sobre las inversiones en el extranjero de fondos brasileños que había alarmado a los mercados.
Tras una serie de reuniones entre Haddad y los líderes del Congreso, el gobierno publicó la versión actual del decreto IOF, junto con una medida independiente para aumentar el impuesto sobre la renta de las inversiones y otros gravámenes. El gobierno estima que esta medida recaudará unos 46.000 millones de reales para finales de 2026.
Motta inicialmente apoyó las propuestas. Pero cambió de postura la semana pasada ante la oposición de los legisladores y la presión de las empresas de juegos de azar contra el aumento de los impuestos a las apuestas en línea incluido en la propuesta fiscal independiente.
Con sus planes en riesgo, Lula se reunió con Motta el sábado para discutir las medidas fiscales, pero no logró llegar a un acuerdo, según personas con conocimiento de la situación.
Los detalles de las medidas fiscales no son el único problema que afecta las relaciones del gobierno con el Congreso. Durante la reunión, Motta expresó su descontento con la administración de Lula por la lentitud en la aprobación de las enmiendas al presupuesto parlamentario (dinero federal utilizado para financiar proyectos en los estados de origen de los legisladores), según informaron las fuentes.
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