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El grupo de presión de servicios de internet ASIC presentará quejas contra el impuesto ante la Comisión Europea en los próximos días
Una agrupación del sector tecnológico francés planea impugnar el nuevo impuesto digital de Francia bajo la ley de la UE. El grupo de presión de servicios de internet ASIC, cuyos miembros incluyen a Amazon.com Inc., Facebook Inc. y Google, presentará quejas contra el impuesto ante la Comisión Europea en los próximos días, dijo el jefe del grupo, Giuseppe de Martino, el 25 de julio.
El presidente francés, Emmanuel Macron, firmó el impuesto el 24 de julio y se publicó en el diario oficial el 25 de julio.
La ley impone un impuesto del 3% a las empresas con ingresos digitales de al menos 750 millones de euros (US$836 millones) en todo el mundo y 25 millones de euros en Francia. Se dirige a los ingresos que las empresas obtienen de la publicidad digital y las plataformas que conectan a compradores y vendedores.
ASIC, la Asociación de Servicios de Internet Comunitarios, presenta quejas contra el impuesto debido a que es una ayuda estatal ilegal y viola las normas del mercado interno de la UE, dijo De Martino. Las normas sobre ayudas estatales garantizan que los países no otorguen una ventaja injusta a las empresas nacionales.
Los críticos del impuesto advirtieron que podría ser vulnerable a los desafíos de la ayuda estatal porque la mayoría de las empresas a las que apunta serán extranjeras, particularmente estadounidenses. El impuesto afectará a unas 30 empresas, según funcionarios franceses. Se espera que muy pocas sean compañías francesas.
La presentación de una queja no garantiza que la comisión abrirá una investigación formal. La comisión no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
El impuesto francés se basa en una propuesta de 2018 de la propia Comisión Europea para un impuesto digital a escala de la UE. Tal propuesta se estancó a principios de este año porque no contó con el apoyo unánime de los miembros de la UE.
La medida francesa ya enfrenta una investigación de la oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos para indagar si el impuesto discrimina a las empresas estadounidenses. Como resultado de esa investigación, EE. UU. podría imponer aranceles u otras medidas de represalia contra Francia.
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