Bankia está "perfectamente preparada" para la privatización y para entregar dividendos

Hace doce meses, el banco nacionalizado desveló unas pérdidas anuales de 19.200 millones de euros, las mayores registradas nunca por una empresa española. Muchos inversores vieron el valor de sus acciones reducido a casi cero debido a un masivo rescate bancario.

Conocido como el banco que rompió a España, Bankia y sus ejecutivos, se convirtieron en imanes del enfado público que reinaba en el país.

Hoy, el banco es un lugar más feliz. La entidad ha vuelto a los beneficios y el precio de sus acciones se ha duplicado desde el mínimo de mayo del año pasado. El rumor que corre entre el resto de banqueros de Madrid es que Bankia puede ser privatizada mucho antes de lo previsto, con el Gobierno dispuesto a sacar a bolsa parte de 68% del capital que controla en el banco.

José Ignacio Goirigolzarri, presidente ejecutivo del banco, insiste en que el banco se ha convertido en una «franquicia formidable», que está preparada para dejar de ser propiedad del Estado y para premiar a sus accionistas con un dividendo este mismo año.

El banco, asegura «está perfectamente preparado» para una privatización, pero sabe bien que será el Gobierno quien decida cuándo y cuánto se va a vender del capital.

«Diseñamos el negocio a finales del 2012. En la segunda mitad del año vimos un pico en la actividad», explica. «Hemos completado la reestructuración de la marca, rebajando el número de oficinas de 3.000 a 2.000, hemos también completado 90% de nuestros objetivos para reducir el personal. Hay mucho todavía por hacer, pero estamos muy orgullosos de lo que hemos conseguido hasta ahora», dice Goirigolzarri.

Goirigolzarri fue nombrado presidente de Bankia en mayo de 2012, después de que se supiera que el banco necesitaba un rescate millonario. Recuerda que fue un momento «traumático» saber las necesidades de capital de la entidad en aquel momento. También fue duro cuando tuvo que decir a la plantilla que había que despedir a miles de empleados como parte de los compromisos adquiridos con Bruselas para poder rescatar a la entidad.

Uno de sus primeros retos, sin embargo, fue decidir si seguir con el mismo nombre, que era un símbolo de la crisis de España y también de los errores de los banqueros. «La primera pregunta fue si Bankia continuaría como Bankia o no…Al final decidimos no cambiarlo. Hubiera sido como vender el mismo perro con diferente collar. Lo que debíamos hacer, sin embargo, era dar aspectos positivos a la marca», asegura el presidente.

Para la sorpresa de muchos, Bankia fue capaz de empezar a crecer en depósitos en pocos meses. «La base de clientes del banco es extraordinariamente leal», explica. «Nosotros no sólo logramos estabilizar nuestra cuota de mercado en términos de depósitos en 2012, sino que además incrementamos nuestra cuota de mercado en créditos y también en fondos de inversión».

A pesar de cerrar una tercera parte de sus oficinas, Bankia perdió menos de un 5% de sus clientes. «Vendimos más productos en diciembre del año pasado que en diciembre de 2012», dice.

El coste de los depósitos está cayendo y Bankia está en el buen camino para lograr los requerimientos de capital que le permitirán empezar a pagar dividendo este año.

Los analistas han alabado la evolución de Bankia, que fue definida por City como «la historia de restructuración por excelencia en España». Pero muchos inversores están preocupados porque Bankia depende demasiado de los beneficios no sostenibles del carry trade en la Eurozona, por el que bancos de países como España e Italia usan créditos baratos del BCE para comprar deuda con alta rentabilidad de sus propios países.

Frente a la prisa de otros banqueros españoles, Goirigolzarri no tiene intención de devolver ya los 47.000 millones de créditos baratos otorgados por el BCE. El año pasado, Bankia pagó 19.000 millones y prevé devolver otros 10.000 este año. Pero el presidentes insiste en que «no tenemos ningún interés en ser el primer banco que devuelve todo. Esos eran préstamos con un interés de 0,25% así que no veo por qué vamos a devolverlos antes de tiempo».