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FINANZAS PERSONALES

Es justificable tener cuidado con todas las acciones

martes, 14 de abril de 2015
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Russ Koesterich

Las caídas del índice S&P, el Dow Jones Industrial Average y el Nasdaq Composite son más indicios de nerviosismo entre los inversionistas que durante la semana que terminó el 25 de marzo, retiraron US$11.000 millones de los fondos de renta variable. En cuanto a los bonos, la rentabilidad de los bonos del Tesoro a 10 años registró un ligero aumento de 1,93% a 1,96%, con la correspondiente caída del precio.  

Los inversionistas continúan enfrentándose a ganancias corporativas debilitadas y a cifras desalentadoras de la economía estadounidense (hace dos semanas se presentó un informe débil sobre los bienes no perecederos). Pero si bien las pérdidas se observaron en todos los niveles, la reciente venta generalizada y el aumento en la volatilidad sirven como un recordatorio útil de los riesgos que acechan en algunas áreas del mercado. Esto fue particularmente cierto entre las llamadas “acciones de impulso”, así como también entre aquellas que han estado actuando como tales. 

De vuelta a la volatilidad. Como era de esperar, a medida que se corregían las acciones, se disparó la volatilidad. Aunque la volatilidad sigue por debajo del promedio a largo plazo, se encuentra en aumento en comparación con los niveles históricamente bajos del verano pasado. Hace dos semanas, el índice VIX -una medición común de la volatilidad del mercado bursátil- tuvo una cotización hasta el nivel 17, es decir, 35% por encima del nivel más bajo de la semana. Observamos un fenómeno similar en los mercados de bonos, donde la volatilidad ha disminuido en cierta medida desde los niveles altos de febrero, pero sigue estando casi 65% por encima de los niveles más bajos del verano pasado, según mediciones del índice Move.  

El aumento de la volatilidad del mercado financiero se debe en cierta medida a problemas obvios: crecimiento económico más lento, ganancias desalentadoras y la expectativa de un eventual aumento de las tasas por parte de la Fed. Mientras tanto, podría haber un riesgo potencialmente más importante que acecha y que los inversionistas parecen desestimar por el momento: Grecia.  

Los inversionistas pasaron por alto los problemas no resueltos de Grecia y apostaron más fuerte en los bonos griegos. No obstante, se está agotando el tiempo para el país, Grecia podría enfrentarse a una crisis grave. Aún así, todavía hay poca evidencia de que los inversionistas estén excesivamente preocupados por las posibles repercusiones de que pueda salir de la eurozona o que los riesgos se extiendan a los países periféricos.  

Cuidado con las acciones de impulso de todas las formas y tamaños. Dejando a Grecia de lado, el aumento de la volatilidad representa un ajuste relativamente normal. Si bien un incremento de la volatilidad no marca el fin del mercado alcista, sí sugiere que los inversionistas deberían repasar su posicionamiento de las inversiones.  

Tal como lo hemos señalado en las últimas semanas, las apuestas por los rendimientos fueron algunas de las acciones con mejor desempeño el año pasado. Si bien los inversionistas no suelen considerarlos categorías “de impulso”, sus valuaciones relativas son exageradas y, como en el caso de la biotecnología, se han beneficiado de un flujo continuo de dinero hacia esta categoría. También es justificable tener cuidado con estas acciones, como con los servicios públicos, por ejemplo.

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