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El director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, dijo que hay que supervisar las obras civiles porque, con corte a noviembre, solo uno de 22 proyectos se encuentra en ejecución
Crecer 2,6% en 2025 dependerá, según Fedesarrollo, de factores como la reactivación de la inversión, y eso requiere a su vez reducir la incertidumbre económica. Así lo explicó su director, Luis Fernando Mejía, quien puntualizó las actividades económicas que pueden crecer, pero también los sectores que están en riesgo.
En 2025, el crecimiento económico seguirá siendo impulsado por los sectores de administración pública, salud y educación, actividades artísticas y la agricultura, que han sostenido el dinamismo de la economía en 2024. Estos sectores aportarían aproximadamente 1,2 puntos porcentuales al crecimiento proyectado de 2,6%.
Por su parte, tras un desempeño desfavorable del comercio en 2023 y 2024, se prevé una recuperación moderada en 2025, lo cual dinamizaría la economía, considerando que este sector representa 18,8% del PIB. Además, se espera que el sector de la construcción, especialmente el subsector de obras civiles mantenga su recuperación, lo que favorecería un mayor dinamismo en la industria, dada la estrecha relación productiva entre ambos sectores.
El crecimiento del sector agropecuario podría verse opacado en 2025 por condiciones climáticas desfavorables. Según la Oficina Nacional Oceánica y Atmosférica, existe 57% de probabilidad de que se presente un fenómeno de La Niña en el primer trimestre de 2025.
Por otro lado, el crecimiento del sector de la construcción, en particular de las obras civiles, dependerá de la capacidad para resolver las barreras regulatorias y los conflictos sociales que han retrasado el inicio de los proyectos de infraestructura 5G. En particular, con corte a noviembre de 2024, solo uno de 22 proyectos se encuentra en etapa de ejecución. Adicionalmente, es crucial que se revierta por completo el congelamiento en las tarifas de los peajes, una medida necesaria para restablecer la confianza en la viabilidad financiera de las APP y de los grandes proyectos viales.
Finalmente, el sector de la industria, que ha registrado contracciones anuales en los últimos seis trimestres, podría mantener esta tendencia en 2025, lo que limitaría las perspectivas de crecimiento económico para el país el próximo año.
La baja tasa de inversión constituye el principal desafío para alcanzar un crecimiento económico sostenido que fomente la generación de empleo y reduzca la pobreza. En 2024, la tasa de inversión en Colombia se ubicó en 16,8% del PIB, un nivel inferior incluso al registrado durante la pandemia ( 18,4%).
Si la inversión se mantiene en niveles actuales o muestra una recuperación moderada, el crecimiento económico de largo plazo se limitaría a rangos entre 2,3% y 2,9%, respectivamente, por debajo del promedio histórico de 3,7% observado entre 2000 y 2019. Para alcanzar tasas de crecimiento cercanas a 4%, será crucial recuperar niveles de inversión similares a los de 2015, cuando representaban 23,1% del PIB.
La reactivación de la inversión requiere reducir la incertidumbre económica, que, según el Índice de Incertidumbre de la Política Económica de Fedesarrollo, en 2024 ha sido 2,48 veces mayor al promedio del período 2000-2019. Esto exige fortalecer el marco regulatorio, implementar políticas que garanticen estabilidad macroeconómica y fiscal, y priorizar sectores clave como la infraestructura y el sector minero-energético.
Además, será necesario reconsiderar, en un entorno fiscal más estable, la reducción gradual de la tarifa de renta para mitigar el aumento en el costo de uso del capital derivado de las reformas tributarias de 2021 y 2022, lo que mejoraría la competitividad y la eficiencia económica, y estimularía una recuperación sostenida de la inversión en los próximos años.
Fedesarrollo proyecta que la economía colombiana registrará un crecimiento de 2,6% en 2025. Este desempeño se enmarcaría en un contexto de reducción de las presiones inflacionarias, lo que facilitaría la adopción de una política monetaria menos restrictiva y estimularía la recuperación del consumo. El crecimiento estaría liderado por los sectores de administración pública, actividades artísticas y la agricultura, junto con una recuperación esperada de la actividad de construcción.
Colombia tiene un alto potencial en el sector del turismo, evidenciado por el aumento de 21,4% en las exportaciones de viajes durante 2023 y un flujo estimado de 5.069.000 viajeros, según Migración Colombia. Sin embargo, en lo corrido de 2024 hasta el tercer trimestre, los ingresos reales de los hoteles cayeron 5% y la tasa de ocupación hotelera se redujo a 50,1%, por debajo del promedio del 54% registrado en 2022 y 2023.
Para consolidar el turismo como motor de crecimiento, es crucial implementar un plan estratégico de largo plazo que trascienda los gobiernos y se convierta en política de Estado. Este plan debe enfocarse en mejorar la infraestructura turística, la formación de capital humano y la seguridad, además de promover servicios complementarios como cultura, gastronomía, deporte y parques recreacionales.
Por otro lado, la agricultura también representa una oportunidad clave para impulsar el crecimiento económico. Aunque el sector agropecuario mostró un crecimiento acumulado de 8,9% al tercer trimestre de 2024, el área cosechada equivale apenas a 11,8% de la frontera agrícola del país. Esto refleja un amplio potencial para aumentar la producción agropecuaria, lo que podría traducirse en mayores exportaciones y un impacto positivo en el crecimiento económico a largo plazo.
Se estima que en 2025 el crecimiento económico de Colombia será liderado por la región Caribe y la ciudad de Bogotá, con crecimientos de 3,1% y 2,9%, respectivamente. El desempeño de la región Caribe estaría impulsado principalmente por el dinamismo del sector de administración pública, el cual aporta 18,6% a la economía regional. Además, se prevé que una política monetaria menos restrictiva fomente un mayor consumo de los hogares, lo cual beneficiaría la recuperación del comercio, un sector que contribuye con 17,8% del PIB de esta región.
Por su parte, el dinamismo de Bogotá estaría explicado por el desempeño del sector de servicios, que representa 33,5% de su economía, especialmente por el sector de las actividades inmobiliarias, financieras y de entretenimiento.
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